Ante la petición de realizar batidas de jabalí en zonas de refugio de la fauna a causa de los daños a cultivos, desde la Consellería de Medio Ambiente apuntan que la normativa de caza vigente ya contempla esta posibilidad. Especifica que estos controles de la fauna deben realizarse cuando puedan constatarse daños en cultivos que los justifiquen. Los técnicos del servicio provincial correspondiente, en este caso de Pontevedra, son los encargados de verificar la existencia de los daños y trasladar su informe a la jefatura territorial para autorizar, si procede, la realización de cacerías en estas zonas.

Esta reclamación se sucedió en los últimos días por parte de ganaderos, sindicatos agrarios y desde las sociedades de caza dezanas a raíz de los estragos producidos en cosechas de maíz en la zona.

En este marco, el concejal de Gandeiría, José Manuel Hermida, mantuvo ayer un encuentro con el presidente de la Sociedade de Caza de Lalín, José Luis Gil, para abordar la situación tras detectarse nuevos ataques en la zona en los últimos días. Está previsto que las cacerías de jabalí comiencen este sábado y en ellas participarán un total de cinco cuadrillas, con el objetivo de reducir la cabaña de jabalíes y evitar nuevos daños a maizales y otras cosechas como patatas o hierba.

Desde la Sociedad de Caza de Lalín ya tramitaron a la Xunta la petición expresa para realizar batidas en zonas de cotos ante los daños detectados en los cultivos. Una petición a la que también se suma el Concello de Lalín "para defender los intereses de nuestro campo y evitar las pérdidas que ocasiona el jabalí" argumentó Hermida. Las batidas ya autorizadas se prolongarán hasta el mes de febrero todos los sábados. El cupo máximo de piezas que podrán capturar bajó con respecto al establecido el año pasado, en este caso en 20 ejemplares, para situarse en 168.

En los últimos quince días agricultores y ganaderos de Lalín, Silleda, Rodeiro o A Estrada, entre otros, han sufrido daños en sus cultivos, sobre todo en maizales. En algunos casos los ataques se han producido por grandes piaras de cerdos que han provocado cuantiosas pérdidas. En algunas fincas han destrozado gran parte de la cosecha, centrándose, además, en las zonas de más calidad.