Los comedores escolares de los colegios públicos de las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes cuentan con 1.969 usuarios, de los que el 13,86% paga algún tipo de tarifa por el menú, de acuerdo con el decreto de la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria. Por primera vez este curso, la normativa obliga a pagar por esta prestación a los alumnos con servicio de transporte. Las cuotas para todos ellos se fijan en función del nivel de renta familiar, fijándose abonos de 4,50; 2,50 o 1 euro

El servicio es gratuito para los estudiantes pertenecientes a familias con una renta anual neta per cápita inferior a 7.000 euros. Forman parte de este grupo el 86% de los usuarios, es decir, un total de 1.696. Y entre los 273 restantes que sí abonan las tarifas, alrededor del 39% aporta 4,50 euros por comida; el 14% paga 2,50 euros; y el 21%, solo un euro. No obstante, aunque más de un centenar de estudiantes que paga lo máximo, únicamente suponen alrededor del 5% de los usuarios totales, siete puntos por debajo de la media gallega, que el conselleiro, Jesús Vázquez, situó el pasado lunes en el 12%.

En la comarca dezana, el comedor con más usuarios es el del colegio Xesús Golmar, que atiende a 311 usuarios, de los que 45 pagan algún tipo de tarifa. El servicio, con una lista de espera de 36 personas, da cobertura a dos centenares de estudiantes de los dos institutos lalinenses, los lunes y los miércoles. El centro Xoaquín Loriga, de Prado, atiende diariamente a 106 niños -su capacidad máxima-, de los que cinco abonan el precio máximo; otros cinco, un euro; y uno paga 2,50. El tercero en afluencia es el Manuel Rivero. De sus 94 usuarios, 21 sufragan el precio máximo; siete la mitad, y cuatro, un euro. Este centro, con 106 plazas, detectó algunas bajas en el servicio al inicio de curso. El colegio Vicente Arias de la Maza, de Vilatuxe, sienta cada día a su mesa 75 niños, de los que 65 comen gratis. El Varela Buxán, situado en Cercio, atiende a 57 pupilos, de los que solo pagan tres, y la cantidad mínima.

El colegio público de Silleda despacha 317 comensales: 17 abonan lo máximo; 8, dos euros y medio; y 21, un euro. Y en el de A Bandeira pagan 19 de sus 102 usuarios, en una cantidad de 10, dos y siete, respectivamente.

En Vila de Cruces, Nosa Señora da Piedade sirve el menú a 175 alumnos y gestiona 15 abonos: nueve de un euro, cinco de cuatro y medio; y uno de 2,50. El Cerdeiriñas, de Piloño, tiene cubiertas sus 79 plazas, de las que siete son de pago, mientras que el colegio de Merza carece de este servicio.

De los 197 usuarios del centro de Rodeiro, 15 pagan por comer y a estos habría que sumar otros seis que, al estar obligados a abonar 4,50 euros, rechazaron el servicio. En el colegio de Agolada, 85 de los 94 usuarios disfrutan gratis del menú. Por su parte, el centro de Dozón declinó aportar datos al respecto.

En el concello estradense, gran parte de los comedores escolares los gestionan las asociaciones de padres y madres, con precios propios. El Villar Paramá, de Vea, carece del servicio, y el Cabada Vázquez, de Codeseda, atiende a 74 usuarios, de los que 15 pagan su menú, seis de ellos aportando lo máximo.

En Forcarei, el comedor no es gratuito para 18 de los 96 comensales del colegio Nosa Señora das Dores. Este centro gestiona también el servicio del IES Chano Piñeiro, con 86 comensales, de los que pagan 14. En el centro de Soutelo de Montes, once de los 55 alumnos hacen aportaciones. Por su parte, el colegio San Xoán Bautista, de Cerdedo, tiene 51 alumnos en el comedor, pero solo tres realiza algún tipo de aportación.