Desde comienzos de este año y para recortar gastos en comida, son muchas las explotaciones que dejaron de criar novillas que sustituyan a las vacas adultas que dejan de producir. Hasta el año pasado, esta práctica era muy común gracias a que evitaba un desembolso económico muy importante. Para ello, basta comparar las cifras de 2007 y 2012. A nivel comarcal, antes de las crisis las granjas dezanas disponían de 27.301 reses de este tipo -además de terneros para carne-, y el año pasado la cifra había aumentado a las 28.223, es decir, casi un millar más.

En los tres concellos de Tabeirós-Terra de Montes es lógico que no se produjese este ascenso, debido a la escasa producción vacuna de la zona. Por eso, si en 2007 se registraron 5.475 novillas y terneros, cinco ejercicios más tarde la cifra cayó a los 3.283. Merece especial atención el municipio de A Estrada, pues en el último lustro perdió casi un centenar de explotaciones, y llega a 2013 con 833. En idéntica situación se encuentra Silleda. A pesar de ser un referente ganadero gracias a la Central Agropecuaria, pasa de 693 a 594 y cuya producción ganadera se mueve en cifras semejantes a las de Rodeiro. Es más, este concello duplica al trasdezano en cuanto a vacas para carne.