Los hosteleros de Lalín tienen a gala decir que “non hai festa máis farta ca da nosa patrona Santa Marta”. Ayer, la carballeira de Montserrat volvió a acoger esta celebración en una jornada marcada por el buen tiempo y la numerosa afluencia de público, que los organizadores cifran en cerca de 300 personas. Buena parte de ellos no se quisieron perder la misa solemne que dio comienzo a las 13 horas a cargo del párroco de Lalín, Manuel Salgado, acompañado de sus homólogos de Goiás y Gresande. Entre los feligreses también estaban los párrocos de Botos y Santiso. La eucaristía, cantada por la Coral Polifónica de Botos, contó con una homilía en la que Salgado recordó algunos de los pasajes de la vida de la santa para subrayar la importancia de la fe. Concluida la celebración religiosa, miembros destacados del gremio de hosteleros de Lalín procesionaron con una talla de Santa Marta alrededor de la capilla mientras la banda A Lira de Prado interpretaba una marcha.

Conforme se iba a acercando la hora de comer, fueron muchos los que tomaron posiciones en la carpa habilitada para la ocasión. Entre los presentes en la popular carballeira estuvieron el alcalde de Lalín, José Crespo, que llegó al Montserrat en compañía del pintor Antón Lamazares. Otros miembros del gobierno municipal como los concejales Agustín López o Nuria Rodríguez también se dejaron ver por la romería de los hosteleros lalinenses.

Homenaje

Uno de los momentos emotivos de la jornada fue el homenaje a Manuel Ramos y Elvira Castro, propietarios del café bar Zara, por parte de la Asociación de Hosteleros de Lalín. Su secretario, Amalio González, volvió a ejercer un año más de maestro de ceremonias para realizar una semblanza del matrimonio. González calificó como “boa xente” a los dueños del bar Zara y apeló al orgullo de los “taberneiros de Lalín” antes de la entrega de recuerdos a los familiares de Manuel Ramos y Elvira Castro. El presidente del gremio, Modesto Montoto, hizo entrega de varios carteles de la fiesta enmarcados y un ramo de flores “de Vilatuxe”, que Amalio González aconsejó colocar en la tumba de los dos hosteleros recordados ayer en Donramiro.

Poco después de las tres de la tarde, los presentes degustaron un menú formado por entremeses, pimientos fritos, jamón curado y asado, pulpo á feira, carne ao caldeiro, postres variados, café y licores, así como un puro para cada uno de los comensales. La orquesta Galilea y el dúo Caché pusieron música a la verbena nocturna con la que finalizó una nueva edición de la fiesta grande de los hosteleros de Lalín y que se prolongó hasta bien entrada la madrugada.