El mal estado del suelo en el parque Miguel Hernández es otro de los puntos más acuciantes de la crítica vecinal. Son muchas las baldosas que están totalmente rotas y que incluso producen ruido al ser pisadas.

La acción del crecimiento de las raíces de los árboles también contribuye a que el firme pierda su uniformidad y se produzcan las roturas de las losetas, convirtiendo la zona en un riesgo más aún en las últimas horas del día cuando disminuye la luz solar.

El problema tiene también un notable punto de evidencia en el paseo de la playa Compostela, donde son muchas las baldosas que también presentan un calamitoso estado en una zona de un notable paso de bicicletas y viandantes con el consiguiente riesgo.