Los más de 200 empleados de la empresa en la que trabajaba Sandra Boquete guardaron ayer un minuto de silencio para recordar a las víctimas del triple asesinato machista ocurrido hace justo un año en el lugar de Carracido, en Valga, un crimen que conmocionó a toda España.

La plantilla de STAC, en Padrón, interrumpía su actividad al filo de las diez de la mañana para concentrarse frente a las distintas naves del recinto de forma simultánea, ya que con motivo de las restricciones del Covid no fue posible organizar el acto en un solo espacio.

La presidenta del comité de empresa, Ana Parada, señala que se trató de una concentración "íntima e interna" para recordar a su compañera, a su hermana y a su madre, tres mujeres presuntamente asesinadas por José Luis Abet, el exmarido de Sandra. Asimismo, el minuto de silencio también sirvió para volver a manifestar las más enérgica repulsa de la plantilla contra la violencia de género.

No es la primera vez que los trabajadores de esta empresa del sector del aluminio se movilizan por Sandra y su familia. El año pasado habilitaron un número de cuenta bancaria para recaudar fondos para los dos hijos de Sandra Boquete, que en aquel momento tenían 4 y 7 años de edad. Cualquier persona o empresa podía realizar un donativo.

La idea era entregar una aportación anual a los menores cada mes de septiembre hasta que cumpliesen la mayoría de edad. Al término del plazo, a finales de noviembre, se habían conseguido un total de 20.400 euros.

Este crimen atroz desencadenó numerosas concentraciones en distintas ciudades gallegas y también de otras comunidades autónomas.

Los hechos ocurrieron el 16 de septiembre de 2019, cuando José Luis Abel Lafuente se presentó en la casa familiar sobre las siete y media de la mañana y tras mantener una fuerte discusión con su exesposa, presuntamente la mató de tres disparos.

La instrucción indica que después abandonó el lugar, pero que en el camino se cruzó con el coche de su excuñada, Alba Boquete, y su exsuegra, María Elena Jamardo. Fue tras ellas, y supuestamente las mató sobre las ocho de la mañana.

El único investigado en esta causa judicial habría cometido el crimen delante de sus propios hijos, de quienes la Justicia lo ha apartado retirándole la patria potestad. Los menores viven con su abuelo materno, al que hace ahora un año Abet supuestamente le arrebató a su mujer y a sus dos hijas. La abuela paterna también ha solicitado la custodia de los niños, que actualmente está en manos de la Xunta.