Las altas temperaturas de días pasados hicieron que los arousanos aprovecharan al máximo las playas, tanto las marítimas como las continentales. Pero los humanos no son los únicos que se refrescan en cauces fluviales como los del Ulla y el Umia, sino que también lo hacen numerosas especies animales, entre ellas los jabalíes.

Durante el fin de semana fueron filmados en las conocidas como "Brañas de Laíño", uno de los mayores y más importantes humedales de Galicia, así como en otros espacios ribereños cercanos, a la altura de municipios como Valga.

Llama la atención que parecen cada vez más confiados y no se asustan fácilmente, ni siquiera cuando se les acercan las embarcaciones que navegan por el Ulla y se detienen a su altura para fotografiarlos o filmarlos en vídeos, como el difundido por FARO DE VIGO.

Los jabalíes se refrescan y se alimentan a plena luz del día, buscando raíces, crustáceos y bivalvos, aprovechando la bajamar y el cobijo que les brindan los juncos y demás vegetación ribereña de este Lugar de Interés Comunitario (LIC).

Un entorno en el que se cree resisten también los últimos ejemplares de dos especies tan amenazadas como son el carricerín cejudo ( Acrocephalus paludicola) y el escribano palustre ibero occidental ( Emberiza shoenichus lusitanica).

Enclavado en plena Ruta Xacobea, el espacio fluvial Ulla-Deza cobra así un protagonismo añadido. Está formado por municipios como Rianxo, Rois, Dodro, Boqueixón, Ames, Brión, Teo, Touro y Vedra, en su margen coruñés, y por Catoira, Pontecesures, Valga, A Estrada, Silleda y Vila de Cruces, en el pontevedrés. Con una superficie de 1.633 hectáreas, no solo es refugio de jabalíes, sino también de zorros, nutrias y anfibios como el sapo común, el sapo corredor, la salamandra rabilarga o la rana de San Antón. Entre las aves destacan el azor, el andarríos chico, martín pescador, ánade real, garza real, ratonero común, ruiseñor de agua y mirlo acuático, entre otras muchas.