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"Se bebió alcohol más días durante el confinamiento pero en menor cantidad"

Manuel Isorna, profesor de la Universidad de Vigo, y otros compañeros de Santiago y de la Internacional de Valencia realizan un estudio de consumos y adicciones en la cuarentena

Imagen de archivo de la basura acumulada tras una noche de "botellón" en Vilagarcía. // Iñaki Abella

Los españoles bebieron alcohol más días durante el confinamiento que antes del mismo y, sin embargo, el consumo de riesgo cayó un 10 por ciento. Así lo revela un estudio liderado por la Universidad Internacional de Valencia, en el que participan también las Universidades de Vigo y Santiago de Compostela. El profesor Manuel Isorna, de Catoira, ha formado parte del equipo de investigación, junto al también gallego Antonio Rial Boubeta y el valenciano Víctor Villanueva, que fue el investigador principal.

Más de 4.000 españoles de entre 18 y 64 años contestaron las encuestas remitidas por el grupo, en el que se les preguntaban aspectos relativos al consumo de alcohol, tabaco, cannabis, psicofármacos e internet, tanto antes de la cuarentena como durante la misma. Y uno de los aspectos más llamativos de la investigación es que durante las fases más duras del encierro, se bebió más días, pero de forma más moderada. Un 10 por ciento de las personas encuestadas bebieron alcohol cuatro días o más a la semana, frente al 6 por ciento previo al estado de alarma.

Una vez cotejadas las respuestas, los investigadores detectaron que antes de la pandemia, bebían el 64 por ciento de los españoles de entre 18 y 64 años, y que el 25 por ciento de los mismos realizaban un consumo considerado de riesgo. Se trata de aquellas personas que toman alcohol en unas cantidades que el cuerpo ya no es capaz de metabolizar y que, además, generan adicción con más facilidad.

Ese porcentaje del 25 por ciento, sin embargo, bajó hasta el 15 por ciento durante el confinamiento. Una caída que, en opinión de los investigadores, demuestra que el consumo de riesgo de alcohol puede atajarse con políticas públicas efectivas. Para Víctor Villanueva, esta investigación avala la tesis de que para prevenir las adicciones no basta con campañas que apelen exclusivamente a la responsabilidad individual de la persona, sino que hay que incidir también en la llamada "prevención ambiental".

"Es necesario controlar los factores que incitan al consumo", asevera Villanueva, que es profesor de Psicología en la Universidad Internacional de Valencia. En este sentido, y tal como defendió en otras ocasiones Manuel Isorna -profesor en la Universidad de Vigo-, los datos de consumo de bebidas alcohólicas durante el confinamiento demuestran, "que es posible regular la publicidad de alcohol y establecer medidas de restricción". Para ello, recuerda que con el estado de alarma desaparecieron los botellones, y que estos son precisamente uno de los focos más peligrosos para la ingesta de alcohol.

Los investigadores plantean que la forma de tomar alcohol de los españoles durante la cuarentena no fue inocua para la salud, pero sí menos dañina que la basada en los habituales atracones de fin de semana. Por ello, entienden que los datos de su encuesta demuestran que tanto las familias como las administraciones públicas pueden conseguir que bajen los índices de consumo de riesgo si adoptan medidas activas de control.

En lo que respecta al tabaco, la macroencuesta revela que las mujeres fumadoras aumentaron en unos dos cigarrillos diarios su consumo durante la cuarentena. Los psicólogos opinan que esa circunstancia podría deberse a que muchas mujeres se vieron sometidas a mayores niveles de estrés y ansiedad al tener más trabajo por la crianza y educación de los hijos, y la atención de unos hogares llenos de gente todo el día.

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