Siempre se dijo que los bravos guerreros vikingos no temen a nada, ni a nadie. Por eso durante las seis últimas décadas se empeñaron en regresar a Catoira cada primer domingo de agosto, buscando la invasión de las tierras gallegas y librando cruentas batallas en las que se derramaba el vino tinto del Ulla.

Pero los dioses les han dado la espalda y este verano no podrán intentarlo de nuevo. Víctimas de la pandemia del coronavirus, esos vikingos que han hecho popular internacionalmente al Concello de Catoira tendrán que esperar tiempos mejores para remontar el Ulla hasta las Torres de Oeste.

Dicho de otro modo, que es imposible garantizar las medidas de seguridad y distanciamiento cuando se reúnen 50.000 personas en un espacio relativamente pequeño para ver lo más cerca posible la llegada de cientos de guerreros agolpados a bordo de los drakkar y compartiendo las jarras y los cuernos por los que bebe.

No se puede, en definitiva, garantizar que se evitará un brote de contagio en un encuentro al que asisten no solo ciudadanos de toda España, sino también de diferentes puntos de Europa, e incluso de otros continentes.

De ahí que el Concello de Catoira tomara oficialmente la decisión de suspender la tradicional y multitudinaria Romería Vikinga, en la que se incluye esa llamativa escenificación del desembarco de los guerreros.

Así lo confirma Alberto García, quien en su condición de alcalde durante más de tres décadas ha sido la persona que más veces ha programado este acontecimiento, para el que también consiguió su declaración como Fiesta de Interés Turístico Internacional.

Muy a su pesar, el regidor catoirense y su gobierno cierran ya toda posibilidad de celebrar la Romería Vikinga de este año, convencidos de que "las normas dictadas por la Xunta generan una gran incertidumbre en cuanto a la posibilidad de celebrar fiestas, verbenas y eventos populares como el nuestro desde el 1 de julio".

Además, argumenta el ejecutivo vikingo, "organizar un evento de esta naturaleza requiere de antelación suficiente para desarrollarlo con las medidas de seguridad y prevención necesarias para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19".

Y no es menos cierto que este pequeño municipio "carece de los recursos económicos, materiales y personales necesarios para hacer cumplir las normas que se derivarán de un futuro protocolo de actuación para este tipo de actividades con gran afluencia de público".

Es por todo ello que el Concello cree "lógico, sensato y responsable" suspender este año la Romaría Vikinga. Volverá, salvo causas extraordinarias como las de esta vez, en 2021.