Atendiendo al tipo de producto despachado en primera venta, e incidiendo en que el coronavirus provocó un cese parcial de actividad en las lonjas -especialmente en materia marisquera-, puede decirse que los perjuicios para el sector del mar derivados de la aparición en escena del Covid-19 se hicieron notar en los crustáceos, que bajaron de 260 a 147 toneladas, y de 4 a 2,5 millones de euros; y los bivalvos, pues de las 2.021 toneladas y 17 millones de euros, correspondientes al primer cuatrimestre de 2019, se pasó a 1.322 toneladas y 12 millones de euros.

Por el contrario, la cantidad de pescado disponible en las lonjas gallegas subió desde las 36.731 toneladas entre enero y abril de 2019 a las 38.407 toneladas de la actual campaña, siendo los ingresos por esta familia de 101 y 97 millones de euros, respectivamente.

Cefalópodos y erizo

Gasterópodos, algas, poliquetos y equinodermos como el erizo y el carajo de mar completan la relación de especies (282) comercializadas desde que empezó el año en las lonjas gallegas.

Unas rulas en las que también se vendieron 1.380 toneladas de cefalópodos, por valor de ocho millones de euros.