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El sector marisquero se aferra a la almeja japónica que mantiene sus precios

Otras especies como el berberecho y la roja se cotizaron al alza en las lonjas de la comarca -El sector espera que los compradores mantengan su interés por el producto

Interior de la lonja de Vilanova en el día de ayer. // Iñaki Abella

Todavía es demasiado temprano para considerar que el marisqueo ha vuelto a la normalidad, pero las lonjas comienzan a funcionar con precios mejores de lo esperado cuando se decidió regresar a la actividad. Una de las especies es la que brilla por encima de todas, la almeja japónica, que sigue cotizando al alza y garantizando ingresos a un sector demasiado acostumbrado a sufrir los vaivenes del mercado. En las lonjas de A Illa y Vilanova, esta especie se cotizó a 12 y 10,50 euros en su cantada más alta y sus patrones mayores reconocen que está siendo la que "está animando el mercado". Pese a todo ello, las cantidades que se están comercializando están muy por debajo de las habituales en otras épocas, funcionando las lonjas a un 50% de su capacidad.

Ambos pósitos experimentaron la introducción de otras especies, como el berberecho, la almeja rubia, la fina o el carnero. El berberecho extraído por las mariscadoras de Vilanova se cotizó a entre 7,80 y 11 euros, un precio que María José Vales, patrona mayor de Vilanova, describe como "muy bueno", mientras en A Illa, la almeja roja, extraída de las concesiones a flote, por encargo de un comprador (750 kilogramos) alcanzó los 11 euros de cotización. En el lado contrario se situaron la fina y el carnero, con precios muy por debajo de sus cotizaciones habituales.

En A Illa, además de coincidir en la faena las mariscadoras y el marisqueo a flote, se permitió a los marineros trabajar en las concesiones o acudir a Os Lombos.

Túnel de lavado

La seguridad sanitaria se ha convertido en una prioridad para las cofradías en este regreso al trabajo, poniendo toda clase de medidas para evitar que puedan registrarse contagios entre sus socios. Un ejemplo es el túnel de lavado instalado en la lonja de Vilanova, donde un representante del marisqueo a pie y otro del de a flote se encargan de rociar con lejía las botas de sus compañeros y de repartir gel para las manos. Entrar en la lonja sin guantes y mascarilla está prohibido, facilitándose a todos los que quieren acceder a ella. Además, el pósito ha diseñado una especie de circuito en el interior de la lonja para reducir al mínimo el contacto entre las personas.

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