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Dos meses trabajando en repatriaciones y cancelaciones

A pesar de cerrar sus puertas y permanecer confinados, los pequeños agentes no han parado de trabajar pero no en conseguir ese viaje con el que sus clientes sueñan, sino en evitar pesadillas a muchos de ellos, con constantes cancelaciones, y sobre todo, en solucionar la odisea que han vivido muchas personas a las que el confinamiento los sorprendió en plenas vacaciones. Es el caso de Juan José Millán, de Viaxes a Confiansa de A Illa, o de Tamara Molares, de El salón de tus viajes de Vilagarcía. Ambos han tenido que hacer frente a situaciones rocambolescas para poder repatriar a sus clientes o conseguir que se les devuelva el importe que abonaron por adelantado, enfrentándose a compañías aéreas o superando el cierre de hoteles.

"Cada día tengo que estar conectado desde casa a las 7.00 horas para conseguir que me cancelen el viaje de un cliente, porque a las 7.05 la web de la compañía está colapsada", explica Millán, mientras recuerda momentos muy duros durante estos días en los que "conseguías un vuelo de regreso para un cliente y te llevabas la sorpresa de que lo cancelaban con el cliente en el aeropuerto, mientras en mi pantalla se mantenía activo, fue una auténtica locura". Otra cuestión a la que se enfrentan son los bonos que emiten las compañías aéreas que "no quieren devolver el dinero y ofrecen la posibilidad de viajar en otro momento, poniendo muchas dificultades para que el cliente recupere su dinero", explica Molares, indignada por "comentarios y publicaciones que aseguran que nos quedamos el dinero, algo que es rotundamente falso, más bien todo lo contrario, llevamos dos meses peleándonos con todo para que nuestros clientes lo recuperen".

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