En muchas parroquias de la comarca, las campanas tocaron a mediodía, y los vecinos salieron a esa hora a las ventanas y balcones con ramos y palmas. En A Illa, los niños lo hicieron con hojas de olivo. No obstante, llovió mucho durante toda la mañana, lo cual vació las calles un poco más de lo habitual e hizo, también, que fuesen menos los que participaron en el rito simbólico de las palmas.

En algunas iglesias sí se celebró misa, como en la de Carril. Pero se hizo con un aforo muy reducido y a puerta cerrada. El cura, además, había anunciado que no habría bendición de ramos, para evitar precisamente una asistencia al templo mayor de lo habitual.