Marcio Magarinho es un transportista portugués afincado en Arousa cuya ruta atraviesa tres de los países más castigados por el coronavirus: España, Francia e Italia. Como a muchos otros compañeros, las severas medidas de confinamiento adoptadas en estos países está provocando que cada vez le resulte más difícil encontrar abierto un lugar en el que comer o simplemente tomar un café y lavarse la cara. "Lo que es sentarse a comer de menú, en España, Francia e Italia, ahora es imposible", sentencia el conductor.

El del transporte es un sector vital para la sociedad, pues sin los camioneros los supermercados o farmacias quedarían vacíos en pocas semanas. Por ello, y para que los chóferes puedan desarrollar su trabajo en las condiciones más cómodas posibles, el Ministerio de Transporte ha autorizado la apertura de 371 negocios a pie de carretera (estaciones y áreas de servicio, fundamentalmente), donde los camioneros puedan comer o asearse. En O Salnés figuran cuatro, pero en ninguno ofrecen el tradicional plato caliente de comida servido en mesa.

Son las gasolineras de San Roque, en Vilagarcía; de Caleiro (Vilanova); del cruce de Catoira con la carretera que une Carracedo y Rianxo; y del área de servicio de la Autovía do Salnés, en Meis, que aunque cerró el restaurante, dispone de duchas para los transportistas. En los demás lugares, es posible encontrar bocadillos o platos precocinados calientes. También tiene duchas la gasolinera SBC de Corvillón (Cambados).

Otro chófer que estos días recorrió la comarca arousana fue el polaco-español Maciej Zieba. Conduce un camión frigorífico con el que recorre toda Galicia, y explica que, "ahora me llevo la comida de casa". De hecho, plantea que cuando se interna en las comarcas del interior de la comunidad y se aleja un poco de las carreteras nacionales o las autovías, "es casi imposible encontrar algo abierto".

Marcio Magarinho acude una vez a la semana a un supermercado para aprovisionarse de alimentos para una semana, y cocina él mismo en un pequeño campingás que ha montado en el remolque de su trailer. "Los camioneros que hacemos transporte internacional y echamos una o dos semanas fuera ya estamos acostumbrados a preparar algo caliente en el camión, porque sale más barato, así que esto no nos ha cogido tan desprevenidos". También montó una pequeña ducha con agua caliente en el remolque, pues admite que en estos momentos, "me asusta un poco ducharme en las áreas de servicio", por el temor a contagiarse, al ser lugares húmedos y cerrados.

Otros conductores cuentan que algunas empresas a las que acuden a repartir también les ayudan, dándoles bocadillos y bebidas, como hace la Nestlé de Pontecesures.