La pesca está declarada como actividad esencial, de ahí que una parte del sector siga trabajando. Pero no lo están haciendo todos, pues en los últimos días los precios han caído de tal modo que muchos armadores han decidido quedar en tierra, pues estaban perdiendo dinero cada día que salían a faenar. También es muy delicada la situación de los mariscadores, tanto a flote como a pie.

"Los mariscadores han quedado tirados en la cuneta sin ningún tipo de ayuda o prestación. Estamos tirados de la mano de Dios", afirma Ruperto Costa. Esto es así porque la mayoría de agrupaciones han dejado de ir a mariscar, pero como su actividad no está desligada de la pesca, el Gobierno la considera esencial y no contempla ayudas a los mariscadores. "El pescado sí es un producto de primera necesidad, pero el marisco no", considera el patrón mayor de Cambados.

Costa recuerda que en el marisqueo es prácticamente imposible guardar las medidas de seguridad para evitar los contagios de Covid-19, de ahí que entienda que urge dar un amparo legal a los cientos de familias que dependen del marisqueo, para que puedan cobrar alguna ayuda por el cese de actividad. Además, los precios del marisco también se derrumbaron. "La salida comercial es cero".