Donde más se ha notado la situación es en las lonjas, que vienen trabajando al mínimo desde hace más de una semana. Es el caso de la lonja de Vilanova, dedicada en exclusiva a la venta de almeja, donde apenas se registró actividad en los últimos días. Esa circunstancia ha llevado a los responsables del pósito a dejar tan solo a una persona controlando el edificio, aunque "somos conscientes de que nadie va a ir a vender, porque si no hay compradores, no tiene sentido".

En otras lonjas, como las de A Illa, Cambados y O Grove, la actividad sigue en estos días, ya que el pescado está considerado como un artículo de primera necesidad. Las dos últimas destacan también por estas ventas, mientras que la de A Illa se ha encontrado con una intensa actividad en el acopio de algas.

El patrón mayor de esta última cofradía no duda en recordar que "en estos días hemos visto como el poco marisco que traían a tierra los marineros acababa siendo devuelto al mar ante la falta de compradores".