María Torres, neumóloga del Cunqueiro de Vigo y muy ligada a Meaño pues llegó a tocar la flauta en la Escuela de Música de la localidad explicó en el pazo de Lis, organizado por la GAMM, los perjuicios del radón y las precauciones que se deben adoptar.
- ¿Qué es el radón?
- Es un gas noble que procede de la descomposición del uranio. Como tal es una molécula estable, con una vida media de tres días, pero que se va desintegrando a su vez en otros descendientes, entre ellos polonio 214 y 218. Cuando inhalamos estas moléculas al respirar, emiten radiación alfa, que es la que puede dañar las células del epitelio bronquial y generar problemas de salud, el más grave cáncer de pulmón. A lo largo de la vida estamos expuestos muchas formas de radiación, tanto natural como artificial, y el radón supone más de la mitad de la radiación que recibimos a lo largo de la vida. Galicia es una zona en la que el subsuelo es muy rico en granito, y ese es el origen del radón que a partir de grietas y fisuras en la construcción, fundamentalmente, penetra en las viviendas o edificios de trabajo, y donde pasamos muchas horas. Es ahí donde emerge el problema porque podemos estar sobreexpuestos a altas concentraciones.
- ¿Cuándo se empieza a hablar el riesgo por radón?
- Se comenzó a estudiar en la segunda mitad del siglo XX. Los primeros estudios se realizaron en mineros, en los que se evidenció por primera vez la relación entre exposición a radón y riesgo de cáncer de pulmón.
- El Cunqueiro ha participado en una amplia investigación sobre la exposición residencial al radón. ¿Cuáles fueron sus conclusiones?
- Que las personas expuestas a él durante períodos largos de tiempo, presentan un incremento del riesgo de padecer cáncer de pulmón a lo largo de la vida. Este se multiplica si la persona expuesta es fumadora, porque el tabaco, en realidad, es el primer factor de riesgo para el cáncer de pulmón y causa más del 80 por ciento de todos los casos a nivel mundial, siendo además el tumor que mata a más personas en el mundo. La investigación en la que participamos se centró en personas nunca fumadoras y concluimos que aquellos individuos, en cuyos domicilios estaban expuestos a concentraciones elevadas de radón (> 200 Bq/m3), presentaban un riesgo mayor de padecer cáncer de pulmón.
- Las medidas en bequerelios por m 3 , que establecen umbrales de riesgo, varían según los organismos internacionales, 300, 200, 150? ¿A cuál hay que atenerse?
- La OMS, que es el más exigente, fija como objetivo social el estar expuestos a menos de 100 bequerelios por m3. La Agencia Medioambiental de Estados Unidos, que fue pionera en esta normativa, estableció ese nivel de acción en 148. Europa es más permisiva en este sentido y eleva el umbral a los 300.
- Con ese límite más permisivo de 300 bequerelios, ¿prima la política o la salud?
- Podemos pensar que es un nivel de acción realista. Limitar la concentración de radón interior a menos de 300 bequerelios es un objetivo real, que sí podemos alcanzar.
- ¿Cómo se puede minimizar la exposición al radón en casa?
- La primera recomendación es poner atención en la ventilación, con la que podemos reducir en un 20 por ciento el radón residencial. Y en el caso de que las mediciones realizadas arrojen concentraciones elevadas, lo recomendable es acudir a una empresa homologada.
