Aunque no ha resultado un trago fácil de digerir, el carrilexo Salvador Abalo, llegaba al aeropuerto de Wuhan para volar esta madrugada hacia Inglaterra y de allí al Hospital Militar Gómez Ulla donde deberá permanecer 14 días y escapar a la pandemia del coronavirus, que se ha cobrado la vida de unas 175 personas en la zona. Junto a varios compañeros de la empresa catalana Nama Sports, que trabajan como técnicos en el equipo de fútbol de la localidad, iba a ser evacuado durante el día de ayer de la zona cero de la pandemia global.

La salida se realizó junto a los ciudadanos británicos que se encuentran en la zona, y durante todo el trayecto hacia el aeropuerto, han tenido que ir superando diferentes controles antes de subirse al vuelo que les aguardaba a pie de pista para llevarlos a Londres.

El último control fue en el aeropuerto, donde todos los integrantes de la expedición tuvieron que pasar por detectores de temperatura, uno de los síntomas que permite identificar la presencia del coronavirus. En todo momento, Salvador y sus compañeros lucían la aparatosa mascarilla y seguían las directrices marcadas por las autoridades sanitarias. A la hora de cierre de esta redacción se desconocía si superó el examen.

La larga espera en los controles, los técnicos deportivos trataron de superarla como pudieron, llegando incluso a discutir sobre qué jugador tenía más calidad, Michel o Martín Vázquez. Pedro Morillas, el director deportivo de Nama Sports, era el que llevaba la voz cantante y describía lo que iba pasando en cada vídeo.

Durante toda la crisis, el equipo de técnicos del Nama Sport estuvo en contacto con la embajada española, que fue la que acabó gestionando su evacuación con los ciudadanos ingleses.

Mientras Abalo viaja hacia Europa en un vuelo que le llevará hasta Londres, antes de su traslado a Madrid, la preocupación por la situación que está viviendo cunde en su pueblo natal, Carril.

Allí, Abalo tiene a su madre y a dos hermanas, muy conocidas en Vilagarcía, pero también a muchos amigos, sobre todo, aquellos que siempre han estado vinculados al mundo del fútbol.

Es el caso de Moisés Campos, técnico de fútbol que estuvo muy cerca de ir hasta Wuhan a hacerle una visita a su amigo de la infancia. Campos reconocía ayer que "siempre que escuchas una situación de este tipo te preocupa, pero más cuando sabes que allí está un amigo". Durante todo este tiempo, Campos ha mantenido contacto telefónico con Abalo, unos contactos en los que "nos mostraba su preocupación por esta situación, aunque, dentro de lo que estaba pasando, que ellos se encontraban bien y no habían sufrido ningún problema".

El técnico carrilexo se felicita de que su amigo de la infancia se encontrase a punto de salir de la ciudad china y esperaba "poder hablar con él de forma tranquila en los próximos días, cuando ya se encuentre en Madrid y más relajado, con la experiencia superada".

Campos barajó durante semanas viajar hasta Wuhan, aunque finalmente, decidió posponer un viaje al que le había animado su amigo. "Mi intención era viajar hasta Wuhan el 20 de febrero, que es cuando cojo las vacaciones de invierno en la lonja, con el propósito de visitar a Abalo y conocer los métodos que están utilizando para entrenar y preparar los partidos. Sin embargo, el coste y la duración del desplazamiento "me acabaron echando para atrás y no cerré ningún billete, un acierto, porque tal y como están las cosas me habría quedado sin el".