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San Amaro de Meaño, tradición desde el XVII

Las "poxas" involucran a todos los que participan en este modo de recaudar fondos para la fiesta

Isidoro Fontán durante la celebración de las tradicionales "poxas" del San Amaro. // Iñaki Abella

Isidoro Fontán, presidente de la asociación de vecinos de San Xoán y subastador oficial, se congratula por el compromiso de los devotos que se daban cita bajo la carpa: "Poco a poco", afirmó, "las poxas van creciendo en ofrendas y donativos, porque es una forma de saldar la deuda con el santo a la par que colaborar con esta fiesta de aldea: unos lo hacen donando la ofrenda, otros adquiriéndola en las poxas, pagando en ocasiones muy por encima del valor de mercado, pero todos sabemos que es una forma de aportar un donativo, ya que todos los fondos recaudados van destinados a financiar la fiesta".

Fue así que ayer, ante el medio centenar de vecinos congregados, se entregó una caja de kiwis -de entre 4 y 5 kilos- en 15 euros, o dos ristras de cebollas caseras en 10 euros cada una, o una botella de albariño de Paco&Lola, de la remesa comercializada a modo de colaboración con la Asociación Española Contra el Cáncer, que dada la causa, se falló en 20 euros.

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San Amaro de Meaño, una tradición que se remonta al siglo XVII

A las 10.00 y 11.00 la iglesia acogía dos misas rezadas, a las que seguía a las 13.00 horas la solemne. Un grupo de gaitas amenizaba el atrio y las dos procesiones de la jornada. La primera fue el tradicional "Encontro das imaxes", en las que una comitiva con el santo Amaro a cuestas salía a recibir en el cruceiro de A Solda a una segunda, que subía desde la iglesia portando a la Virgen de los Milagros. Esta santa permanecerá en la ermita hasta el sábado, en que tendrá lugar la segunda jornada festiva.

Así, el sábado la capilla acogerá otra ceremonia a las 13.00 seguida de la procesión, tras la cual una comitiva devolverá a la santa a la iglesia parroquial. A la par, el atrio acogerá una segunda jornada de poxas, con uno de los gallos de corral de ayer ya reservado.

A partir de la 20.00 horas el trío Arena Musical ofrecerá una pequeña verbena que, al filo de las 22.00 ofrecerá un alto para que el público pueda disfrutar de una cita gastronómica para la que ya están emplazadas dos grandes ollas de callos, que sumarán en torno al medio centenar de kilos de peso, 30 litros de chocolate caliente, 10 roscones y un garrafón de aguardiente para elaborar dos queimada con 15 litros de licor. Todo ello, acompañado de pan y vino, que servirá de forma gratuita una comisión de vecinas. Eso sí, el público deberá dar cuenta de la improvisada cena de pie, acomodándose cada cual bajo la carpa, cerrada por sus laterales para mitigar la gélida noche de invierno.

La novedad de la ermita este año, que lució sus santos recién pintados, más un tapiz rojo en la pared para realzar el monumental antiguo crucifijo restaurado y que fue trasladado desde la iglesia para presidir ahora la ermita. En la carpa, la novedad fue la de poder contar con una estructura metálica, construida por el concello a petición de la comisión, para actuar como escenario, aparcando la labor los viejos tableros.

Eso sí, la comisión y la asociación de vecinos lamentan que la página web de la Mancomunidade do Salnés contemple la festividad de San Amaro en Vilanova y Arra (Sanxenxo), y se ignore a Meaño. Máxime cuando el santo Amaro en Meaño obedece a una celebración que remonta sus orígenes a inicios del siglo XVII en que se construyo esta ermita. Una fiesta que los vecinos rememoran como gran romería y de la que los más ancianos refieren cómo en la primera mitad del siglo XX congregaba a multitud de devotos que hacían jornada y comida campestre en los alrededores de la capilla, poblada mismo por carros con toneles desde la que algunos servían sus vinos al público.

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