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Concluye la campaña de caza menor

Los tecores de O Salnés detectan un ligero incremento en la población de conejo en el monte

La campaña de caza menor en la comarca concluye con mejores resultados que en años anteriores, pero se mantiene la preocupación por la hemorragia vírica que provoca una gran mortandad en las diferentes cabañas

Un grupo de cazadores y perros en el coto de caza de Vilagarcía de Arousa. // Noé Parga

El conejo es una de las especies que sostiene la caza menor en la comarca de O Salnés, una campaña que finalizó ayer con resultados más positivos que años anteriores, al detectar los cazadores un ligero incremento de la presencia de esta especie con respecto a años anteriores. Ese ligero incremento le ha permitido a algunos tecores poder alargar la campaña todo lo permitido, pero ha sido a base de impulsar siembras en el monte y preocuparse por la adaptación de la especie al monte.

Uno de los cotos de caza más importantes de la comarca es el conocido como "Karsita", en Vilagarcía, cuya superficie es de 2.700 hectáreas. Uno de sus responsables, Jesús Veloso, reconocía ayer que "la campaña para nosotros ha sido buena, sobre todo porque tuvimos la suerte de que la hemorragia vírica nos perdonó, y eso nos ha permitido cazar bastante, prácticamente hasta el último día". Aunque con otras especies como la perdiz, el conejo representó "la inmensa mayoría de las capturas". Pero para conseguir esos resultados, Veloso también reconoce que es necesario "realizar un trabajo importante, que es el que vamos a comenzar en estos momentos". Eses trabajos pasan por la limpieza del monte y la adaptación de las zonas en las que "vamos a soltar nuevas camadas de conejos; nosotros tenemos un programa de desarrollo en el que nos vamos centrando en zonas donde hay menos esta especie para tratar de recuperarla". Y es que la intención es que "el conejo no acabe desapareciendo de nuestros montes, algo que estuvo muy cerca de ocurrir hace muy pocos años".

La situación es muy similar a la que ha ocurrido en el tecor Corazón do Salnés, cuyo responsable, Rafael Otero, también reconoce que la campaña que finalizó ayer tras estar abierta desde el mes de octubre "ha sido mejor que las anteriores, con una densidad mayor de caza, pero para eso hemos tenido que trabajar, y mucho, sobre todo, a la hora de adecuar zonas para que los conejos que se siembran se adapten, porque si no haces eso, desaparece el 90% de la cabaña en tan solo unas semanas".

Antes de abrirse la campaña "hubo un intenso trabajo de limpieza de tobas y de acciones para facilitarle la comida, algo muy importante si se quiere que sobrevivan, y sobre todo, también hemos tenido la suerte de que la hemorragia vírica no nos ha golpeado con dureza". Otero insiste en que su tecor está implicado en este tipo de acciones porque "un monte debe estar vivo y sin caza, especies como el conejo probablemente desaparecerían". Insiste Millán en que "el monte debemos disfrutarlo todos, tanto los cazadores como la gente que quiera pasear por el, y ver las diferentes especies es una forma de que sea así".

Para Juan José Millán, de Armenteira, la campaña solo se puede calificar de regular. Millán insiste en que una de las grandes preocupaciones es la enfermedad vírica que afecta a las cabañas de conejo y que "como entre, provoca que el 70% de los ejemplares desaparezcan". En su caso, apunta que "durante las primeras semanas se encontraban piezas con relativa facilidad, pero a medida que ha avanzado la campaña, la densidad se redujo de forma considerable".

Insiste en que, mientras "no haya una vacuna eficaz, que frene este virus, caminaremos hacia la práctica desaparición de la especie, sobre todo en los meses de verano, que es cuando más les afecta".

Otras especies de caza menor, como el faisán o la perdiz, apenas tienen incidencia en la comarca y tan solo se cazan si se han realizado sueltas en el interior del tecor.

Lobo

Una de las cuestiones que han constado los cazadores durante estos meses de caza menor es la presencia importante de lobos en la zona. Así lo reconocen Millán y Otero. El primero apuntaba ayer que "debe haber una manada de unos cinco o seis que se mueven muy cerca de las casas y que ya han causado daños en la cabaña de ovejas y potros de la zona, algo que nos tiene muy preocupados".

Otero incluso asegura que varios compañeros del tecor lo han visto "con relativa frecuencia rondando por la zona y sin preocuparse mucho de nuestra presencia". No es la única especie que parece haber regresado a la comarca tras su práctica desaparición ya que en los últimos meses "también se ha visto la presencia de corzos por el monte".

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