El local del comedor social de Cáritas Interparroquial de Arousa, en la Plaza de la Constitución de Vilagarcía, acogió ayer el acto de lectura del manifiesto de la campaña "Nadie sin hogar" en el que la entidad insta a la ciudadanía a ponerle cara a las personas que padecen esta situación para visibilizar el problema y buscar soluciones.

El acto estuvo encabezado por el director de Cáritas Diocesana, Anuncio Mouriño, y por el consiliario de la Interparroquial, Manuel Castroagudín, quienes resaltaron la labor de los voluntarios y recordaron que las personas sin hogar no solo son las que duermen en la calle, sino quienes están en infraviviendas o alojamientos precarios y que no pueden acceder a una vivienda digna. Recordaron que en Vilagarcía de Arousa hay unas 30 personas en esta situación, de las que 10 están en el centro de acogida de San Cibrán.

Precisamente los usuarios de este centro fueron los encargados de redactar el manifiesto que leyeron varias personas voluntarias. "No tener hogar es más que no tener una casa... se trata de un cúmulo de aspectos que engloban un espacio físico pero también otras dimensiones que son fundamentales para nuestro bienestar y el de todo ser humano, como relaciones, sentido vital, acceso a derechos. Entre las diferentes organizaciones en las que participamos llevamos ya 27 años celebrando esta jornada que trata de sensibilizar sobre esta realidad y abrir caminos que nos ayuden a afrontarla. Sin embargo, y a pesar de los logros innegables conseguidos, nos da la impresión de que se asemeja a una tormenta de verano que, una vez pasada, nos sumerge de nuevo en la invisibilidad en la que habitualmente vivimos", expresan en el manifiesto.

Los usuarios del centro de acogida exponen que "lamentablemente, gran parte de la sociedad cree que la gente sin hogar como los que vivimos en San Cibrán somos drogodependientes o delincuentes. Si conseguimos que se acerquen, o más bien nos acercamos nosotros verán que somos personas a veces sin familia, sin trabajo que sin el cobijo de instituciones como esta estaríamos viviendo en la calle o peor. Depende de nosotros y de la sociedad el convertir estos estereotipos confundidos. Cuando se pierde todo en la vida hasta llegar aquí, uno quiere ser invisible pues toda la gente que conocemos nos guarda en su recuerdo bien y no en esta situación. Esto sin duda es un error ya que para que funcione la ayuda hay que hacernos visibles y mostrarnos a los demás en la situación por la que estamos pasando".

Los miembros del centro de acogida añaden que "poner cara a las personas sin hogar es reconocer una realidad que hay que afrontar pues los que nos encontramos en esta situación estamos sin trabajo, sin recursos y sin capacidad de afrontar el problema que tenemos delante".