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El cine regresa a Vilanova 40 años después

El Teatro Valle-Inclán acogerá varios ciclos en los próximos meses

El Teatro Valle-Inclán acogerá hoy su primera sesión de cine. // Noé Parga

En 1978, el único cine que se había puesto en marcha en Vilanova de Arousa, el Coliseo, cerraba sus puertas de forma definitiva, dejando huérfanos a muchos vilanoveses que habían descubierto el atractivo del séptimo arte a través de la enorme pantalla de las instalaciones que se situaban en la avenida de Augusto González Besada.

Esa situación de orfandad pasará a la historia con una nueva iniciativa municipal, que pretende aprovechar las instalaciones recientemente inauguradas en O Esteiro, para recuperar una actividad de ocio que la sociedad vilanovesa disfrutó durante unas cuatro décadas. En las instalaciones del Teatro Valle-Inclán, se proyectará esta tarde una película infantil, Aladdin, la primera de muchas, tal y como vaticinó el alcalde del municipio, Gonzalo Durán, al asegurar que está dispuesto a recuperar esa tradición con la puesta en marcha de varios ciclos.

Entre las personas que pudo disfrutar de las butacas del Cine Coliseo se encuentra el periodista vilanovés Benito Leiro, que en su blog Vilanova Sentimental no dudó en hacer más de una mención emotiva a la desaparición de estas instalaciones, desconocidas para las generaciones más jóvenes. Habla Leiro en su blog del impacto que tuvo para la sociedad vilanovesa la apertura de aquella sala, convirtiéndose en la actividad de ocio más importante para la sociedad vilanovesa de los años 40, 50, 60 y principios de los 70. El Coliseo fue fundado por los hermanos Pérez Lafuente en 1943, hermanos que llegaron a tener otras tres salas de cine: el Arosa en Vilagarcía, el Teatro Principal de A Estrada y el Teatro Lemos de Monforte.

Hasta Vilanova se desplazaban vecinos de todas las parroquias de Vilanova, e incluso, de otros puntos de la comarca, testigos directos del paso del blanco y negro de las películas al Technicolor, de las aventuras de Johnny Weismüller caracterizado como Tarzán o de las risas que arrancaba Cantinflas en cada una de sus películas. También Leiro recuerda en su blog a varias de las personas que rodeaban una tarde de cine en las tardes de la Vilanova de hace más de 40 años, como los acomodadores, el propietario de la taberna en la que se guardaban las bicicletas o los vendedores de golosinas que hacían negocio a las puertas del Coliseo.

Todo aquel encanto que vivieron varias generaciones de vilanoveses ya entradas en años, acabó desapareciendo arrastrada por la modernidad. Lo hizo poco a poco, hasta que, allá por el año 1978, el Coliseo echaba el cierre a sus puertas para no volver a abrirlas nunca más, algo que muchos todavía añoran, entre ellos, el alcalde de Vilanova, que desde que se pusieron en marcha las obras del Teatro Valle-Inclán, siempre tuvo claro que en él se celebrarían sesiones de cine, tanto para los más pequeños como para otro tipo de público.

El regidor reconocía ayer que "estamos pensando en poner en marcha varios ciclos de cine, pero tenemos que decidirnos sobre qué tipo serán si terror, comedia u otro modelo, sin dejar a un lado ciclos infantiles".

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