La fachada de la Casa Consistorial de Vilagarcía, en Ravella, ha perdido la única palmera que aún quedaba en pie. Los servicios municipales de Parques y Jardines procedieron a talarla ayer por la tarde, tras comprobar que el ejemplar acabó muriendo por la acción de la plaga del picudo rojo. Los costosos tratamientos aplicados lograron mejorar su estado, pero al final el coleóptero invasor ganó la partida.

En el plazo de dos años, el picudo rojo ha conseguido devorar prácticamente todas las palmeras plantadas en Vilagarcía. De hecho, empezó a considerarse una plaga en cuarentena por los servicios especializados de la Xunta, y en la actualidad ya ha desaparecido de esta categoría.

El concejal responsable del servicio de Medio Ambiente, Diego García explicó que se hizo todo lo posible para salvar el ejemplar que tanto se identificaba con la imagen del Consistorio. Pero hay en el entorno otros ejemplares en fincas particulares también infectados y al final no fue posible ganar la batalla al picudo rojo.

Sobre las cinco de la tarde, un equipo de operarios valló la zona próxima a la palmera y con el auxilio de una grúa, los trabajadores comenzaron a cortar las ramas secas para continuar talando por partes el tronco. La operación duró unos 45 minutos aproximadamente.

El gobierno municipal estudia ahora plantar en el sitio de las palmeras otras especies que puedan encajar con la imagen del consistorio y que tengan menos problemas de mantenimiento. Diego García apuesta por árboles autóctonos o que se adapten lo mejor posible.

Sobre las 9 de la noche de ayer, los operarios municipales procedieron al corte de otra palmera en espacios públicos.

En esta ocasión fue en la avenida Rodrigo de Mendoza, en el entorno de Fexdega. Para esta acción, tuvieron que cortar el tráfico de forma puntual.