Dos personas han resultado heridas graves en un brutal accidente de tráfico que se produjo a primera hora de la mañana de ayer en la vía rápida de Cambados a Vilagarcía. Resultaron implicados tres vehículos, uno de los cuales invadió el carril contrario de modo antirreglamentario.

El accidente se produjo sobre las 8.30 horas, y el equipo de Atestados de la Guardia Civil todavía está investigando como sucedieron los hechos, pues el examen del siniestro, de los vehículos y las declaraciones de los testigos no permitieron en un primer momento trazar de modo irrefutable la secuencia de los hechos.

Fueron tres los turismos implicados. En uno de ellos iban dos personas, que salieron ilesas, y en los otros dos viajaban los heridos: el vilagarciano A.M.B., de 46 años, conducía un Renault Megane; y S.C.B., vecina de Padrón de 42 iba al volante de un Peugeot 308 SW. No ha trascendido cuál de los tres coches invadió el carril contrario, provocando supuestamente el accidente, a la espera de que avance la investigación.

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Dos heridos graves en una colisión frontal en la vía rápida de Cambados a Vilagarcía

La colisión entre el Renault y el Peugeot fue brutal, y la central del 112 Galicia empezó a recibir una cascada de llamadas de particulares, notificando el accidente e indicando que había dos conductores atrapados que necesitaban ayuda urgente. Por ello, se movilizó a los Bombeiros do Salnés.

Estos procedieron a excarcelar a los heridos, que recibieron una primera atención médica en el punto. Posteriormente, el 061 les trasladó al Hospital do Salnés en el caso del vilagarciano, y al Miguel Domínguez de Pontevedra, la vecina de Padrón.

El centro sanitario pontevedrés no ha facilitado datos sobre el estado de la mujer, mientras que A.M.B., fue atendido en un primer momento en el Hospital do Salnés. De allí, le trasladaron a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Montecelo, en Pontevedra. A consecuencia del accidente, sufrió traumatismos en varias partes del cuerpo.

El accidente fue de tal envergadura que fue necesario cortar la vía rápida en los dos sentidos desde las 8.30 hasta poco después de las 10 de la mañana. Entre la Policía Local de Cambados y la Guardia Civil de Tráfico desviaron el tráfico por la carretera PO-549, que también comunica Vilagarcía con Cambados. Pese a ello, hubo momentos en que se vieron retenciones bastante importantes en los accesos a la vía de alta capacidad.

Una vez se procedió a la evacuación de los heridos, los servicios de mantenimiento de carreteras de la Xunta de Galicia y los Bombeiros do Salnés procedieron a la limpieza de la calzada, ya que habían quedado restos metálicos y de líquidos sobre la misma.

Los bomberos tuvieron que baldear el pavimento con más de un millar de litros de agua para evitar riesgos para los demás conductores una vez se procediese a la reapertura del vial.

El jefe del destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Pontevedra, el teniente Juan José López Castro, se desplazó a Cambados para analizar en persona lo sucedido. El guardia recordó en declaraciones a los medios que al conducir, "estamos obligados a mantener una atención permanente".

La vía rápida de Cambados a Vilagarcía (VG-4.3) no es una carretera especialmente conflictiva. Sí ha habido accidentes graves, e incluso mortales, pero son más habituales en otras carreteras similares, como podrían ser la vía rápida de Cambados a Barrantes o el Vial del Puerto, en Vilagarcía.

Entre los siniestros más graves en el corredor que comunica Cambados con Vilagarcía se encuentra el que costó la vida a Ramón Fontán, que era delegado del Cambados del fútbol, y cuya moto fue arrollada por un turismo cuyo conductor dio positivo en la prueba de alcoholemia. Sucedió en mayo de 2011.

En 2014, una mujer murió en otro accidente, tras estrellarse contra su coche un taxista ebrio, si bien este accidente ocurrió fuera del tronco principal, en el enlace de Vilanova. Posteriormente, a mediados de noviembre de 2016, un vecino de Ribadumia pero residente en Marín se mató tras colisionar con su ciclomotor contra un turismo que circulaba por su carril.

A mediados de esta década se colocaron en varios tramos de la carretera pivotes de seguridad. Se trataba de postes verdes de plástico, situados en las zonas de línea continua aparentemente más peligrosas, y cuya finalidad era precisamente la de evitar los adelantamientos indebidos y las invasiones de carril antirreglamentarias.

No obstante, poco a poco dichas balizas desaparecieron, muchas de ellas arrastradas por automóviles que se acercaron de más al centro de la calzada. Cuestionadas por muchos, la Xunta ya no llegó a reponerlas.