La organización y la planificación, en grupos tan voluminosos era muy compleja, recurriéndose "a un tablón de anuncios o a la llamada telefónica para avisarlas de cuales eran sus turnos". Fue entonces cuando comenzó a desarrollar una aplicación que simplificase esta información y permitiese digitalizarla para que todas y cada una de las mariscadoras dispusiesen de ella en su móvil. "Contacté con varias cofradías y fueron las agrupaciones de Vilanova y de Cambados las que acabaron dando el primer paso; sin ellas no hubiese podido salir adelante este proyecto, porque tener la idea no es más que un espejismo si no la acabas convirtiendo en una realidad".