Los valgueses se conjuran para que el crimen marque "un antes y un después" y seguir "un camino" en el que Elena, Sandra y Alba sean "las guías para seguir luchando por algo tan justo y equitativo como la igualdad, sin dejarnos vencer por los acontecimientos". Tanto con esas palabras de María Jesús Souto, en el funeral, como en las conversaciones que se escuchan en cada rincón, los valgueses dicen sentirse "responsables, apenados y conmocionados", pero también "aliviados", al pensar que las víctimas "dieron ejemplo de saber estar y de apoyo mutuo incondicional para enfrentarse a las adversidades y obstáculos que les deparó la vida". Es por ello que "si familiares y vecinos seguimos sus pasos podremos ofrecer un mundo mejor y tomar las decisiones más acertadas para nuestros hijos". Souto sentenció: "Estemos unidos y luchemos sin descanso para que esto no vuelva a suceder" y la muerte de estas tres mujeres "sirva para poner fin a este sinsentido que acosa a nuestra sociedad".