No son muchos los que conocen a José Luis Abet Lafuente porque se dejaba ver poco por el Concello de Valga. Pero algunos de los que trataron a este hombre, nacido en Bertamiráns (A Coruña) y apodado "El Moro", dicen de él que tenía un perfil "autoritario" e incluso que en ocasiones "resultaba demasiado brusco".

"Poco cercano", "distante" y "falso" son solo algunos de los calificativos que emplean para definirlo algunos de los vecinos de Valga y familiares de las víctimas que lo conocían.

Los más críticos al referirse a este hombre de 45 años son, no cabe duda, los familiares de su exesposa Sandra Boquete Jamardo, su hermana Alba y la madre de ambas, María Elena Jamardo Figueroa, a quienes mató ayer en el lugar de Carracido, según el mismo confesó a la Guardia Civil.

No es la impresión que da, tanto por su aspecto físico como por sus perfiles en las redes sociales, donde evitaba colgar fotos familiares y no dejaba de subir viñetas cómicas.

El de un "hombre dominante", como apuntan otros familiares de las víctimas, tampoco es el perfil que aparentaba en el ámbito laboral donde los compañeros lo definen como "muy trabajador" y "cumplidor".

Incluso dicen de él que "tenía buen carácter", y desde luego, nadie parece creerse que fuera capaz de algo así.

"Es cierto que lo estaba pasando mal desde la separación, pero le dimos trabajo y era cumplidor", indicaba ayer uno de los encargados de Exlabesa, la fábrica sita en A Picaraña en la que trabajaba José Luis Abet.

Lo que sucede es que "de puertas para adentro todo era muy distinto", aseguran en la familia de Sandra, Alba y Helena.

Parece ser que, si bien el divorcio fue de mutuo acuerdo -firmado en enero de 2018-, José Luis Abet no acabó de superar aquella separación.

"Hacía la vida imposible a Sandra, y nosotros no solo la animamos a que lo dejara, sino que también le pedimos que lo denunciara", insisten una y otra vez sus primos.

Y resaltan las mismas fuentes que "así fue hasta el final", explicando que anteayer, horas antes del triple crimen, Abet habría sido el autor de amenazantes y despectivos comentarios en las redes sociales dirigidos a su expareja, todos ligados a su ya rota relación sentimental y a los trámites del divorcio. Incluso se quejaba de que no le dejaban ver a sus hijos.

"A hombres así hay que meterlos en la cárcel para siempre, por no pedir algo peor", sentenciaba, incapaz de contener las lágrimas al hablar de sus sobrinas, uno de los tíos de Sandra y Alba Boquete.