La suspensión cautelar del pleno hasta que se resuelva la situación en uno de los municipios integrantes tiene un precedente. Ese precedente, de connotaciones algo distintas a lo ocurrido en Meaño, se remonta a 2003, cuando en Ribadumia se pelearon todos y cada uno de los votos para discernir cual era la lista más votada, el PP de Salomé Peña o los independientes de Nené Barral. Aquello se resolvió a favor de la primera pero todavía tardó varias semanas en solucionarse y el pleno de la Mancomunidade, donde los ediles de Ribadumia no iban a cambiar para nada el reparto de poder, se acabó celebrando a principios de septiembre. En él fue nombrado como presidente el por entonces alcalde de Meaño Jorge Domínguez.

La situación ahora es un tanto diferente ya que los votos de Meaño si van a resultar determinantes para designar el nombre del futuro presidente de la Mancomunidade. El acuerdo entre el conservador Carlos Vieitez y los socialistas de Meaño, que le garantizó dedicación absoluta al regidor meañés y un puesto a los socialistas en el pleno comarcal, permitirá al PSOE, por primera vez en treinta años, tener el número de representantes suficientes, sumando los del resto de formaciones de izquierda, para acceder a la presidencia. Sin él, el futuro de la Mancomunidade quedaría en manos de los independientes de Ribadumia y Meaño, que serían los encargados de decantar la balanza. Eso fue lo que ocurrió hace cuatro años, y la abstención de los independientes permitió a Durán continuar al frente de la entidad cuatro años más.