Si el pacto del gobierno de Cambados fue difícil en 2015, en este mandato lo está siendo todavía más, por mucho que el veredicto de las urnas en mayo pasado presagiase un nacimiento mucho más plácido. El Bloque ha reiterado ayer que si PSOE y Somos quieren un gobierno fuerte no les quedará más remedio que sentarse a negociar, pero, eso sí, partiendo de cero. Eso implicaría romper el acuerdo que ambas formaciones firmaron en vísperas del pleno de investidura de Fátima Abal, y que el BNG jamás aceptó. Pero eso es algo que la alcaldesa aclara que no va a hacer. "Eso no es posible. Lo que está firmado no se puede romper".

La regidora mantiene abiertas las puertas del gobierno municipal a los dos concejales del Bloque, y está dispuesta a ofrecerles mayor autonomía, poder y financiación en las concejalías que ostentaron entre 2015 y 2019. Además, recordó anoche que esas áreas siguen sin delegar, y que el BNG todavía tiene una silla esperándoles en la junta de gobierno.

Ofertas que el portavoz del BNG, Víctor Caamaño, ya avanza que no son suficientes para retomar las negociaciones. "Las condiciones que se dan ahora, para nosotros no son aceptables. Si cambian las condiciones podemos empezar a hablar. Si no, no tiene sentido". Y por el momento, añade Caamaño, no solo no cambiaron, "sino que empeoraron". Así las cosas, era ya casi cantado que el lunes el bipartito recibiría su primer bofetón político del mandato durante la votación de las dedicaciones de los concejales.

Sin diálogo previo

Víctor Caamaño aseguró ayer que el grupo de gobierno ni siquiera les llamó para sentarse y negociar la propuesta de liberaciones económicas que iban a llevar al pleno. "Los grupos políticos conocimos esa propuesta por la prensa". No obstante, Caamaño plantea que lo sucedido en la sesión no debe verse como una anomalía, sino que "sucedió lo lógico".

Sobre esto, alude en primer lugar a la falta de negociación y diálogo, que en su opinión es lo primero que debe existir en un municipio cuyo gobierno está en minoría. "Creo que no comprendieron desde el principio que solo tienen siete concejales, y que ya la mayoría son nueve. Así siempre serán un gobierno débil".

De todos modos, el portavoz del BNG cambadés también aclara que el hecho de que hubiese reuniones previas para hablar de las liberaciones tampoco garantizaría el respaldo nacionalista. De hecho, según él la propuesta que se presentó tiene poco que ver con lo que se habló durante las reuniones a tres bandas para formar un eventual gobierno entre PSOE, Somos y BNG.

Según Caamaño, en aquel momento se puso sobre la mesa que las asignaciones económicas se establecerían en función de la representación municipal de cada fuerza. "Y ahora vemos que PSOE y Somos tendrían las mismas cuantías, por lo que nos preguntamos si lo único que se pretendía entonces era perjudicar al BNG".

En segundo lugar, el portavoz nacionalista aduce que se había hablado de fijar medias liberaciones, y no parciales de 25 horas, que es la propuesta que fue a pleno. Con la primera, la dedicación al Concello sería menor, y también bajarían los salarios.

Víctor Caamaño añade que también se dijo que el coste económico se reduciría un 15 por ciento con respecto al que tuvo el cuatripartito. Finalmente, plantea que durante los debates electorales una de las formaciones del bipartito dijo expresamente que no se presentaba a los comicios para tener un sueldo. En opinión de Caamaño, ese tipo de afirmaciones son "populismo", y aboga por desterrarlo de la vida política.

"A los ciudadanos no se les puede mentir solo por el hecho de que estamos en elecciones. Hay que ser coherente con lo que se dice. Las mentiras tienen que tener un coste político".