La fuga de agua en Simes, que afloraba desde hace un mes en un vial público, fue subsanada ayer por parte de los vecinos.

Y es que dicha fuga, que en principio atribuían los lugareños a la red pública de la Mancomunidade, se constató que, en realidad, pertenecía a una traída vecinal que se cruzaba, justo en ese punto, con la red pública, traída que servía agua a media docena de vecinos de Souto-Quintáns.

Los lugareños temían que esa pérdida de agua, que brotaba desde hace tanto tiempo, empezara a minar el subsuelo del vial asfaltado que comunica el centro de la localidad con el lugar de Axís, por lo que apremiaron al concello, temiendo que se tratara de la red pública.

No obstante, al demostrarse al final que esta fuga era de una traída vecinal, los damnificados se avenían a actuar en la mañana de ayer.

Fue así que, auxiliados por un máquina excavadora, levantaron parte del aglomerado y para poder reparar así seis gomas dañadas que perdían abundante agua, provocando el reguero que desde hace semana discurría sobre el asfalto por la cuesta para acabar en el río Chanca, que se cruza a 50 metros más abajo.

Esta era uno de las numerosas traídas de agua vecinal que abastecen muchos domicilios meañeses.

Y es que, desde inicios de los años 70, esta fue la fórmula por la que optaron los vecinos, que se organizaron para afrontar obras que ellos mismos financiaban para agenciarse el material, y que luego ejecutaban a base de trabajo a mano que realizaban de forma colectiva.

De esta forma, el agua de varios manantiales del monte empezó a llegar así a sus casas lo que les permitió disponer, por primera vez, de agua corriente, suponiendo aquel uno de los grandes logros comunitarios para la comodidad y mismo higiene domiciliaria.

Las localidades de Simes, Meaño, Lores, Xil, y Cobas, con más acceso a las faldas de monte, son las que cuentan con más número de estas traídas vecinales, que se iniciaron hace décadas y que se mantienen hoy.