La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) llevó a cabo este año una encuesta entre casi un millar de médicos, enfermeros y técnicos sanitarios de ambulancias para dilucidar si existen en su profesión diferencias entre hombres y mujeres. Y el resultado no ha podido ser más desalentador para ellas. El cuestionario fue respondido por solo 77 hombres, pero de los cuales el 12 por ciento ocupan algún puesto de liderazgo y gestión; sin embargo, de las 831 mujeres que respondieron, solo 57 (el 6,8%) han alcanzado dichos cargos. Un dato que revela la existencia del llamado "techo de cristal" también en la sanidad española.

El estudio se denomina "MUEjeres", y fue dirigido por una médica de Vilagarcía que trabaja en Madrid, Iria Miguéns Blanco. Se muestra dolida con los resultados del informe, porque según ella demuestran, "que en los servicios de Urgencias y la sanidad del siglo XXI sigue habiendo diferencias de género, y que las urgenciólogas tenemos un doble techo de cristal".

Esto se debe por un lado a que las mujeres ocupan menos puestos directivos, a pesar de que en número total de trabajadores, ellas son más que los hombres; y, por otro, a que en España no está reconocida la especialidad del médico de Urgencias, "y eso nos deja en desigualdad de condiciones", tanto con sus compañeros de área como con otros facultativos cuya especialidad sí ha sido bendecida por la administración pública.

Iria Miguéns y sus compañeras en el equipo de trabajo de "MUEjeres" presentaron los resultados de la encuesta en el congreso nacional de Semes, celebrado en junio en la ciudad catalana de Gerona. Otro de los aspectos que en opinión de la médica arousana ejemplifica bien las diferencias de sexo en las Urgencias y las Emergencias, es que el 63 por ciento de las mujeres consultadas consideran que la maternidad supone un problema para el desempeño de su trabajo, mientras que solo un 35 por ciento de los hombres consideran que el hecho de ser padres podría suponerles un freno profesional.

Los prejuicios

Pese a que los datos anteriormente reseñados de presencia de médicas en puestos directivos y de que sufren en mayor medida el peso de las cargas familiares, un gran número de mujeres contestan que en sus trabajos no existen distinciones entre sexos. "Eso es lo que más me ha sorprendido del estudio -afirma Iria Miguéns-. El hecho de que se infravaloren las diferencias de género". En una de las primeras cuestiones del sondeo se preguntaba a los participantes si percibían alguna diferencia de género en sus trabajos, y el 85 por ciento de los hombres contestaron que no. El 65% de las mujeres tampoco notan que su sexo las penalice en el trabajo.

Estos resultados contrastan con lo expuesto en las siguientes preguntas, de las que sí van brotando datos que avalan la existencia del "techo de cristal". Para Iria Miguéns esta aparente contradicción podría deberse, "a que siguen existiendo prejuicios entre las mujeres a definirse como feministas". De hecho, la mayoría del 35 por ciento de mujeres que sí se sienten de una u otra forma en desventaja con respecto a sus compañeros varones tienen entre 35 y 45 años.

Otro de los apartados de la encuesta se reservaba para la aportación de medidas e ideas con las que atajar esa brecha, y el equipo de trabajo de "MUEjeres" recibió hasta 600 propuestas. Entre ellas se encuentran la creación de comités de igualdad en los hospitales, en los que estén representados todos los servicios, para atender a las especificidades de cada uno; la puesta en marcha de guarderías en los centros hospitalarios (la de O Salnés lleva años cerrada); o establecer que el acceso a los puestos de liderazgo sea únicamente a través de méritos objetivos.

Los consultados también reclaman la adaptación de los turnos y horarios, algo vital en los servicios de Urgencias y Emergencias, cuyos profesionales realizan a menudo guardias de más de 12 horas, y trabajan muchas veces por las noches, en festivos o fines de semana. Otra de sus peticiones es que se dé una mayor visibilidad a las urgenciólogas que ocupan cargos directivos, para que sus compañeras tengan un espejo al que mirarse.

"Hay muy pocas mujeres en puestos de liderazgo. De las que participaron en la encuesta, estuvieron en cargos directivos el 0,8%, y un seis por ciento en puestos de jefatura de servicio", expone Iria Miguéns. En el caso de los hombres, un 1,2 de los que respondieron han trabajado en puestos de gerencia, y un 10,4 han sido o son aún jefes de servicio.

Violencia de género

Una de las áreas de trabajo de "MUEjeres" hasta 2020 será el impulso de un plan de formación especializada en violencia de género para trabajadores de urgencias y emergencias. Esto se debe a que en muchas ocasiones son los primeros que ven a las víctimas de maltrato. "Pero no siempre llegan a los hospitales para ser atendidas por una agresión. Muchas veces el motivo de la consulta parece vaga y los síntomas son inespecíficos, pero hay algo más detrás". Por ello, en Semes quieren formar al personal de Urgencias para descifrar los "signos de alerta".