-De un tiempo a esta parte la preocupación aumentó ante la posibilidad de que se viertan en la boca de la ría los lodos y demás residuos resultantes del dragado del río Lérez...

-No debe haberla porque hay unas directrices estatales que dejan muy claro en qué condiciones se puede hacer un dragado y dónde se pueden depositar los residuos resultantes. Y hay que tener en cuenta que ese residuo incluso puede ser un material fantástico, como arena de fondo. En esas directrices se especifican todos los planes de vigilancia ambiental que hay que afrontar, las analíticas que son necesarias y las condiciones que debe reunir el sustrato extraído para ser depositado en otro lugar. Si se trata de un residuo peligroso lógicamente debe ser extraído del lugar en que se encuentre y no se puede llevar a Sálvora, y si se hace así es porque los informes avalan que no entraña problema alguno. Si hay que dragar porque es necesario hay que asumir también las consecuencias, como remover la ría o llevar el material que se saque a otro lugar, siempre en condiciones de máxima seguridad. Y si esto no se quiere hacer, tampoco se podrá dragar.