-Sería más un problema de destino que de turistas. Cuando vemos un Sanxenxo tan abarrotado en agosto, cuando todo esta atascado, hombre, no sé si es comparable con la famosa imagen del Everest. Lo que si sé es que no es el tipo de turismo que a mi me gusta ofrecer como destino ni el que buscan los clientes. Entonces hay que tener cuidado, no se puede morir de éxito. Entiendo que para un político es muy difícil decir basta, ya tenemos los turistas suficientes. Ninguno se va a atrever, pero creo que sí hay tácticas y técnicas para que sea de calidad, para no convertirte en un destino de despedidas de soltero, barato y de cosas que además molestan al resto de turistas. Galicia tiene que ser un lugar en el que prime y en el que se haga un esfuerzo grande por atender bien al turista internacional. Esto pasa por cartas con idiomas, por visitas a las bodegas bien organizadas y luego también en inglés. Las hay, y profesionales, pero no son suficientes, tienen que ser más. Nosotros tenemos la suerte de recibir aquí parejas de gran poder adquisitivo norteamericanas que dejan muchísimo dinero y les da igual el tiempo que haga. Entienden los destinos como son y no tenemos que disfrazarlos, ellos no lo ven como un inconveniente, lo ven como una parte del destino.