El Consello Regulador Mexillón de Galicia abrió un proceso de selección de personal para crear una bolsa de trabajo de controladores de muelle. Finalmente fueron admitidas diez personas, entre las que se encuentran siete mujeres.
Se trata de Alicia Barreiro Calvo, Leticia Dios Outeda, Noelia Fuentes Villar, Andrea López Oliveira, Ana Lustres Balboa, María Teresa Ramiro Serrano y Raquel Viturro García.
Completan la relación de seleccionados Marcos Barca Wilisch, Armando Dacosta Iglesias y Francisco Balbino Fernández Alonso.
Las últimas pruebas
El jueves se someterán a la prueba de conocimiento y a la posterior entrevista personal, mientras que el sábado, en el puerto de A Illa, deberán superar la prueba práctica.
Los mejores se incorporarán de inmediato a la plantilla del Consello Regulador para garantizar que el producto descargado en los muelles goza de totales garantías de calidad para ser certificado con la marca Denominación de Origen Protegida (DOP) Mexillón de Galicia.
Pero muy probablemente pronto tengan que incorporarse los diez integrantes de esa bolsa de trabajo, ya que el volumen de descargas irá en aumento de manera notable a partir de la segunda quincena de este mes.
Sus funciones
Estos "controladores en puerto" se encargan de tomar muestras del mejillón descargado, limpiarlo, cocerlo y desconcharlo, para así comprobar su rendimiento en vianda. Y eso es lo que van a tener que hacer también en la prueba práctica prevista para el sábado.
Entre las funciones de este personal técnico para el control de calidad se encuentran, también, tareas de pesado de la mercancía y la emisión telemática de los resultados obtenidos en las inspecciones.
Como se explicaba con motivo del lanzamiento de esta oferta de empleo, el objetivo del Consello Regulador es crear una lista abierta de personal e integrar a esos controladores en su plantilla con carácter indefinido y en condición de fijo discontinuo, pues su trabajo va a depender del momento en que se encuentre la campaña extractiva. En las últimas semanas, por ejemplo, estuvo bajo mínimos, dado que la primavera no es el mejor momento para el mejillón y las biotoxinas marinas provocaron el cierre generalizado de polígonos. Pero a partir de ahora, con la desaparición de las células tóxicas y el aumento de tamaño del molusco, los pedidos no dejarán de intensificarse.
