El carguero "Alinda", de bandera holandesa y 129 metros de eslora, se convirtió en un verdadero problema para la prueba de piragüismo que se celebró el pasado viernes en aguas del Puerto de Vilagarcía al salir de la dársena de manera precipitada y sin contemplar la celebración de este evento deportivo. No ocurrió nada gracias a la rápida actuación de la organización, que desvió a los kayakistas que competían en ese momento de la zona de acción del barco, evitando la amenaza. Lo ocurrido ha causado un profundo malestar en el seno de todos los clubes que participaron en la prueba ya que consideran que se puso en riesgo la integridad de los palistas sin ningún tipo de necesidad.

Es por ello que tanto la organización, representada por el Depornautic Arousa, como la Federación Galega, van a presentar una queja formal ante Capitanía Marítima y ante la Autoridad Portuaria por lo ocurrido, ya que la prueba contaba con todos los permisos necesarios para su celebración, en los que se comunicaba horario y rutas a seguir por los participantes. A ello se sumaba que la organización preguntó en Capitanía si estaba prevista alguna salida o entrada ese día de algún barco, y la respuesta con la que se encontraron es que no habría movimiento hasta más allá de las 22.00 horas.

Sin embargo, poco después de las 18.00 horas, un remolcador entró a toda marcha en la dársena, provocando un tremendo oleaje que casi hace volcar a las piraguas más próximas. Nada más entrar en la dársena, se le comunicó a la organización que iba a salir un carguero de forma inmediata, sin aguardar siquiera unos diez minutos a que acabasen de pasar todas las piraguas. Tras unos momentos de tensión, la organización decidió "mover" hacia la zona de Cortegada a los participantes, para evitar riesgos, mientras los prácticos sacaban el barco lo más pegado posible al muelle comercial. La salida del buque indignó a los familiares y técnicos que seguían la prueba desde tierra.

David Baños, presidente de Depornautic aseguraba ayer que "no hubo un riesgo real para los participantes gracias a que desplazamos la prueba hacia Cortegada, pero lo que no entendemos es cómo se nos piden una serie de permisos muy estrictos, con horarios y rutas perfectamente establecidos, para que después nos pase por en medio un carguero de 129 metros de eslora". El pasado año, apunta Baños, "tuvimos una situación similar, aunque se nos atravesaron veleros de otra competición esgrimiendo que tenían los mismos permisos que nosotros".

El presidente de la Federación Galega de Piragüismo, Alfredo Bea, lamentaba ayer "la falta de sensibilidad" mostrada por Capitanía y por la Autoridad Portuaria ya que "un carguero puede esperar media hora a que acabe la prueba, pues no es un vuelo charter, pero parece que, de repente, era importantísimo que saliese del puerto, llegando a obviar la seguridad de los palistas, varios de ellos menores de edad, ante un barco de esas características". Tras haber ocurrido esta situación, Bea quiere hacer una "crítica constructiva y hacerle ver al responsable de la salida de ese barco que el mar es de todos y todos tenemos derecho a disfrutar de él participando en un evento deportivo con unas mínimas condiciones de seguridad y sin riesgo de que un carguero enorme te lleve por delante". Además, recuerda que la dársena de Vilagarcía suma a sus actividades comerciales una "ingente cantidad de eventos deportivos, por lo que deberían estar acostumbrados a compaginar esos dos intereses".

La prueba que se disputaba el viernes era la tercera de la Liga Galega de Kayak de Mar, una liga que está siendo bastante accidentada esta temporada, ya que la anterior competición, que se disputaba en Cambados, tuvo que ser suspendida por la ausencia de una ambulancia en la zona, al tener que acudir Protección Civil a un incendio en Tragove.