La Semana Santa de Paradela tiene raíces centenarias. Un incendio que destruyó las imágenes, algunas articuladas, a mitad del pasado siglo, llevó a los vecinos a recrear en persona las escenas de la Pasión de forma que gracias a su tesón y a la interpretación magistral de actos como la Última Cena, el Prendimiento o la Crucifixión se han hecho merecedores de la declaración de Festa de Interese Turístico.

Pero en los últimos años se le notaba una cierta falta de atrezzo, que provocaba que las secuencias se hicieran repetitivas. Para introducir novedades, la organización decidió dar el paso y contar con una profesional del teatro como es la cambadesa Fátima Rey cuya mano ya se notó ayer en la solemne procesión de Ramos.

Así la escenificación de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén comenzó en la plaza do Outeiro donde Jesús se subió a la Borriquilla, un dócil pollino de color claro, y acompañado por los doce Apóstoles con sus vestimentas, sus túnicas y sandalias, recorrieron bajo gigantescos arcos de palma, el camino hasta la iglesia de Santa María, acompañados por decenas de fieles que acudieron a la Bendición.

Asistieron luego a la misa solemne de Ramos que fue oficiada por el párroco José Barreiro Gontad quien desde 1977 participa en estas celebraciones litúrgicas, con una tradición de dos siglos, por lo que se cree que es una de las más antiguas de la comarca.

La misa, cantada por el Coro Parroquial Santa María de Meis, se convirtió en un relato de los pasajes más conocidos de la Biblia durante las fechas de la pasión y muerte de Jesús, un hilo conductor que el diácono de Sanxenxo utilizó como metáfora para pedir la paz en los hogares, en las casas y la familia, pero también para animar las vocaciones religiosas, al matrimonio y alertar contra las riquezas terrenas porque "el último traje no necesita bolsillos".

Un mensaje que caló entre los cientos de asistentes a los oficios religiosos que guardaron un respetuoso silencio durante toda una representación cargada de elementos simbólicos como la presencia de soldados romanos, el sanedrín o las tres Marías que acompañaron a Jesús en los últimos días.

Sin duda un comienzo fiel a los textos bíblicos y en un escenario que traslada a los participantes a aquellos tiempos históricos, gracias sobre todo al exquisito decorado que este año han querido mimar los integrantes de la Cofradía de la Semana Santa de Paradela.

Y es que en esta ocasión, los promotores cuentan con un plan alternativo para las celebraciones de la Pascua para evitar que se suspenda por el frío o la lluvia, como ocurrió en algunos años anteriores.

El día más especial será el Viernes cuando el actor que representa a Jesús lleve su cruz hasta el Monte da Croa donde va a ser colgado junto a los dos ladrones, seguido de soldados y judíos que lo martirizarán a latigazos.

Escenas sin duda muy fuertes a las que no le imprimirán efectos especiales por su gran realismo.