Cuando Portos de Galicia anunció la construcción de un nuevo pantalán en el muelle de San Tomé, muchos pescadores y mariscadores de Cambados entonaron aleluyas. Confinados en los amarres de As Goritas, que quedan casi en seco en muchas mareas, creyeron que su situación iba a mejorar totalmente. Pero ahora pueden decir que no era oro todo lo que relucía. "Pusieron luz y agua para salir en la foto el día de la inauguración. Y después la cortaron hasta hoy", se queja amargamente un pescador.

Portos de Galicia es un ente dependiente de la Consellería do Mar, y presidido por el vilanovés José Juan Durán. El pantalán nuevo de San Tomé pasaba por ser una de las infraestructuras portuarias más importantes del sur de la ría de Arousa durante el presente mandato, no solo por la entidad de la inversión (se gastaron 200.000 euros), sino también porque estaba pensada para mejorar las condiciones de trabajo y de vida de los armadores y tripulantes de 60 embarcaciones, entre barcos de artes menores y planeadoras de marisqueo.

Pero los afectados lamentan que faltan servicios básicos en un estructura pesquera digna del siglo XXI. "Si queremos lavar con agua dulce la ropa de trabajar o algún aparejo tenemos que irnos a Tragove y pedir por favor a alguien que nos deje meternos en su plaza. Si un día tenemos que traer a un herrero para que nos arregle algo, como no tiene corriente, tenemos que ir a pedirle al de la gasolinera si nos deja conectarnos a la suya", prosigue el pescador.

"Tenemos que andar mendigando por agua y corriente. Esto no puede ser. Exigimos una solución, pero ya. Se están riendo de nosotros, y ya está bien. Llevamos dos años sufriendo esta situación".

Los afectados aseguran que ya han llamado varias veces a las puertas tanto de Portos de Galicia como de la Cofradía, pero que no les hacen caso. Responsabilizan directamente a Portos, ya que es la administración titular del pantalán, y la que tiene que dotarlo de servicios.

Según ellos, están cansados de que no les escuchen, de modo que un grupo de armadores y tripulantes se concentró a primera hora de la tarde de ayer junto al pantalán para denunciar públicamente la situación.

Ventas en lonja

Un porcentaje de lo que ingresan los pescadores por la venta de su producción en la lonja lo cobra posteriormente Portos. Sobre el papel, ese dinero debe emplearse para trabajos portuarios. Esa es la razón de que la flota de Cambados esté especialmente dolida con el departamento dependiente de la Xunta de Galicia.

"Con lo que nos quitan por las ventas en lonja ya teníamos pagado un pantalán privado. A fin de cuentas, estamos pagando más que un socio del Náutico de Vilanova o Vilagarcía, y ellos tienen todos los servicios. Y mientras, con nosotros tiran de cualquier manera".

Al parecer, una de las razones por las que los nuevos amarres carecen de agua corriente es que hay una sola canalización y que el contador está al comienzo del muelle, con lo que el dueño de la gasolinera del puerto podría verse en la tesitura de tener que pagar de su bolsillo también el agua que consuman los barcos. "Entendemos que eso no puede ser. Es que poner una canalización sola y el contador al principio del muelle fue una chapuza", lamentan los armadores.

Dicen que actualmente se ven privados de gestos tan simples como lavarse la cara y las manos nada más pisar tierra, y les parece algo impropio del siglo XXI y de una pesca profesionalizada. Por ello, instan a Portos de Galicia a solventar cuanto antes estas deficiencias y a instalar corriente eléctrica y agua en los amarres.

En lo que se refiere a los demás servicios, sí hay alumbrado público exterior en el muelle, y puerta de seguridad con llave para los usuarios.