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Álvaro Fernández Garrido: "El control de medicamentos en Malta tiene un nivel de exigencia muy alto"

El profesional carrilexo trabaja desde hace dos años en una empresa farmacéutica india

Álvaro Fernández posa delante de una de las playas de la localidad en la que trabaja en Malta. // FDV

Álvaro Fernández es analista de control de calidad en la empresa de farmacia Aurobindo con sede en Malta. Allí lleva cerca de dos años este carrilexo demostrando no tener reparos a ganarse la vida de aquello para lo que ha estudiado allá donde se le presente la oportunidad.

-Malta es un destino puramente vacacional, ¿Cómo se lleva eso de trabajar en un lugar tan turístico?

-En ese aspecto no tengo mucho problema porque vivo en una de las ciudades menos turísticas del país. Además tuve la suerte de poder escoger un piso en una zona bastante tranquila de la misma. Aún así también es verdad que se nota la mayor afluencia de gente en verano y si quieres ir a cualquier otra parte de la isla sí que tienes que estar preparado para enfrentarte a atascos y aglomeraciones lo que puede llegar a ser bastante agobiante, pero en general lo llevo bastante bien.

-Usted aún no había nacido, ¿pero todavía queda algún maltés resentido con aquel 12-1 entre España y Malta en 1983?

-Es un tema que no se suele tratar, pero sí que recuerdo haber hecho la gracia al empezar a trabajar en Aurobindo para romper el hielo con mis compañeros malteses y recibir un par de miradas fulminantes. Creo que a los fans más acérrimos del fútbol no les hace mucha gracia aún a día de hoy aunque por otra parte algunos algo más jóvenes ni siquiera conocen el nombre John Bonnello y si mal no recuerdo en España había un anuncio con él como protagonista.

-¿Cuente cuál es su labor profesional allí?

-Soy un analista de control de calidad de productos farmacéuticos, mayormente pastillas y cápsulas, algún que otro jarabe y algunos medicamentos inyectables. Mi cometido es realizar una serie de pruebas a una porción estadísticamente significativa de cada lote de estos medicamentos (cada lote suelen ser cientos o miles de cajas dependiendo del producto) y comprobar si cumplen con las especificaciones impuestas tanto por el fabricante como por la Farmacopea Europea para poder asegurar que dicho medicamento no es defectuoso y apto para su uso en los pacientes. A cada medicamento se le realizan numerosas pruebas que van desde tan simples como sacar varias cápsulas y comprobar que todas tienen la longitud adecuada hasta experimentos más complejos cómo determinar si el porcentaje de medicamento en nuestras pastillas es en verdad el adecuado.

-¿Trabajar en control de calidad de medicamentos parece una alta responsabilidad?

-Lo es sin duda. La relación entre la empresa y el paciente es de una confianza ciega, al igual que la que hay entre un médico y su paciente. Cuando alguien abre una caja de Ibuprofeno lo último que se tiene que plantear es si esas pastillas son defectuosas o no y ahí es donde nuestro trabajo cobra importancia. En la industria farmacéutica se trabaja bajo la más estricta de las éticas laborales ya que al final del día si no haces bien tu trabajo, o lo haces a medias, las consecuencias pueden ser hasta mortales. Por eso todos los resultados y análisis que realizamos son revisados y comprobados por múltiples revisores para asegurar al 100% que todo está perfecto. Al final del día lo que tienes que pensar es que esos productos que estas analizando en el laboratorio pueden acabar en las manos de tus seres queridos.

-¿Cuál es la prueba infalible respecto a la valía del fármaco?

-No creo que le pueda decir una prueba infalible, todos y cada uno de los experimentos a los que sometemos los fármacos nos aportan resultados que se recopilan y si solo una de las pruebas falla (no importa el motivo ni la causa del fallo) hace el fármaco no válido. En resumen creo que la única prueba infalible son todas ellas, incluyendo el revisado de los resultados obtenidos.

-Trabaja usted para una farmacéutica de India, ¿se hace notar de alguna manera en la dinámica de trabajo?

-Lo cierto es que no se nota nada más que cuando los ejecutivos de la India vienen de visita. Es una empresa multicultural con mayoría de empleados malteses e italianos mezclados con algunos de la India, algunos españoles y otras nacionalidades en menor cantidad (Portugal, Polonia, Rumania, Brasil, Irlanda y creo que esos son todos).

-¿Es Malta una potencia en su campo de trabajo?

-Yo diría que sí. En Malta hay una enorme cantidad de compañías farmacéuticas y no todas se dedican al control de calidad, algunas se dedican a la manufacturación y también a la investigación.

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