El sector del mar de la ría de Arousa y la asociación ecologista Adega instan a la Fiscalía de Medio Ambiente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), a que abra una investigación contra la mina de Touro-O Pino y la Xunta de Galicia. Estos colectivos consideran que la actividad minera está dañando seriamente las aguas de los arroyos y ríos próximos a la explotación, y que son afluentes del Ulla. Y acusan a la Xunta de Galicia de no hacer todo lo que está en sus manos para atajar la presunta contaminación.

Adega, la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA), y representantes de varias cofradías y organizaciones de bateeiros de la ría arousana se dieron cita ayer en un hotel de Santiago, para anunciar en una conferencia de prensa que han entregado un informe en la Fiscalía del TSXG, que según ellos demuestra que la actividad minera de Touro-O Minero está dañando los ríos de su entorno.

Los denunciantes instan al Ministerio Público a abrir diligencias sobre este asunto, y consideran que en caso de que se demuestren los extremos defendidos por ellos, serán responsables tanto los dueños de la actual concesión minera, como los jefes de los departamento administrativos de control.

Los colectivos sugieren que realizaron ellos mismos analíticas, en colaboración con la Universidade de A Coruña, y que pidieron varios informes a Augas de Galicia. Según ellos, los muestreos revelan que hay concentración de metales en varios afluentes del Ulla, y que algunos de ellos muestran también una acidez extraordinaria. Plantean por ello que los mecanismos de corrección puestos en práctica por la mina han fracasado, y que la explotación pone en riesgo el ecosistema del Ulla y la economía de la ría.

Los dueños de la mina sostienen por su parte que solo hay aguas ácidas en un par de arroyos con un caudal mínimo, y que los valores en los demás cursos de agua son normales. E insisten en que están tomando medidas para reducir aún más la contaminación.