Con las rías de Pontevedra y Muros-Noia inutilizadas debido al imparable y lógico avance de las biotoxinas marinas, la primera de ellas con seis de sus ocho polígonos inoperativos y la segunda con los cuatro de que dispone ya cerrados, la siguiente en sufrir las consecuencias es la de Vigo, donde ayer se prohibió la extracción en los polígonos Cangas F y Cangas G; al igual que se hizo en el de Baiona.

Como se esperaba, el episodio tóxico primaveral sigue su curso natural, y esto significa que poco a poco las células acabarán afectando a la práctica totalidad de las bateas de cultivo de mejillón gallegas; muy probablemente a todas ellas.

Como avanzó FARO el domingo se cerraron inicialmente dos polígonos de la ría de Pontevedra y tres en la de Muros-Noia. Pero el lunes por la tarde se prohibió también la actividad extractiva en otros cuatro polígonos pontevedreses, de tal forma que están afectados los tres de Bueu y los tres de Portonovo, librándose, por ahora, el Cangas A y el Cangas B.

Al mismo tiempo el informe técnico sobre identificación y cuantificación de fitoplancton tóxico en agua de mar correspondiente a esta semana, elaborado por el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), detallaba un "incremento" de células en las estaciones de medición de Rande, Bueu y Festiñazo, es decir, en las rías de Vigo y Pontevedra.

Pero eso no es todo. En base a los análisis efectuados por el Intecmar se confirmaba igualmente un incremento, en este caso "significativo", en las estaciones viguesas de Liméns, Moaña, Boca Norte y Samil, así como en las pontevedresas de Combarro, Aldán, Raxó, Tambo y Cabalo de Bueu.

Así las cosas, con los polígonos Muros B, Muros A, Noia A, los tres de Bueu y los tres de Portonovo cerrados para la extracción a primera hora de la mañana de ayer, no es de extrañar que el Intecmar advirtiera al sector de que llegarían nuevos cierres.

El centro asentado en Vilagarcía, que dirige Covadonga Salgado, incluso advertía a media mañana de la posibilidad de cerrar polígonos a lo largo del día de manera cautelar, dado que las células seguían en aumento en la ría de Vigo y el temporal impedía tomar nuevas muestras. Y así se hizo.

El Intecmar aludía al indudable incremento de biotoxinas lipofílicas y al mal estado en el que se encontraba el mar para comunicar que no era descartable la realización de cierres cautelares en los polígonos Muros C -el último que quedaba abierto en la ría muradana-, en el Baiona A y, ya en la ría de Vigo, en los Cangas F, Cangas G, "sin descartar otras zonas en virtud de los resultados que se obtengan".

El primero tras siete meses

Básicamente todo esto confirma lo que se había pronosticado en cuanto al avance de este episodio tóxico, el primero del año.

En cualquier caso hay que insistir en que estos cierres de bateas, que se producen después de unos siete meses de ausencia generalizada de biotoxinas en Galicia, no causan perjuicios serios al sector, ya que en esta época del año la actividad extractiva es mínima.

Buena noticia

Incluso esto que popularmente se conoce como "marea roja" puede considerarse una buena noticia para los intereses del sector acuícola y marisquero, ya que el avance del fitoplancton, aunque sea portador de biotoxinas, significa que entran en las rías nutrientes en abundancia, necesarios para el desarrollo tanto del "oro negro" de batea como del conjunto de bivalvos producidos en la comunidad.

Del mismo modo procede reafirmar que el incremento de las células tóxicas no entraña riesgo alguno para la salud pública si se respetan las normas de extracción y comercialización, ya que el Intecmar se encarga de analizar las aguas y la producción, decretando así las aperturas y cierres de bateas correspondientes en función del nivel de toxicidad.

Esto quiere decir que el mejillón que puede llegar al consumidor debe proceder de polígonos bateeiros abiertos, donde está constatado que los niveles de células tóxicas, si es que existen, son tolerables.