Una o más personas arrancaron y tiraron durante la pasada madrugada los adoquines ya colocados en los trabajos de urbanización que se están haciendo en el Campo da Feira, en Mosteiro. Además, tiraron las vallas de obra. ¿Fue una gamberrada perpetrada por energúmenos o un sabotaje premeditado? Una pregunta que flota en el aire habida cuenta del malestar que estos trabajos han generado en algunos vecinos y responsables de negocios situados en la zona.

Los operarios de la empresa vieron lo sucedido a primera hora de la mañana de ayer, y se vieron obligados a dedicar media jornada a volver a colocar los tacos de piedra que habían dejado puestos en la víspera.

Los trabajos empezaron hace poco más de una semana, y pronto se escucharon las primeras protestas. Según los que se quejaban, el Ayuntamiento se había comprometido a que las obras se harían primero en una mitad de la calzada, y luego en la otra mitad, de modo que siempre estuviese abierto un carril para la circulación de los vehículos. Pero esta promesa no se cumplió en el momento en el que se fresó al mismo tiempo la totalidad de la vía.

La segunda queja que hicieron los vecinos y comerciantes era que se colocaron señales de tráfico confusas y que no se señalizaron los desvíos que había que tomar para evitar esa zona, muy transitada no solo por la existencia de varios negocios, sino también por ser una de las vías de paso hacia la Autovía do Salnés.

Finalmente, hay quien se queja de que no se estudió bien la reordenación provisional del tráfico, pues buena parte del mismo se desvió por una calle -la Ramón Cabanillas- por la que dos vehículos pasan en paralelo con dificultades.

El alcalde, José Luis Pérez, reaccionó pidiendo disculpas por las molestias originadas, pero recordó que todas las obras tienen un componente de incomodidad que hay que soportar. Eso sí, mandó retirar la señal que estaría causando la confusión, y que indicaba que el paso estaba prohibido a 150 metros de la misma. "Según la gente que se quejaba, los conductores ya no se atrevían a pasar al ver el aviso".

El regidor manifestó que, de todos modos, la mayoría de los negocios sí tenían asegurado el acceso rodado, ya fuese por un extremo de la calle o por el otro. "A los demás -añadía- se puede llegar a pie sin problemas". José Luis Pérez explicaba también que se va a abrir un aparcamiento en una finca próxima al Campo da Feira.