El Cristo que el vilagarciano Moncho Bascuas lleva restaurando más de dos meses en su taller de la calle Esperanza se colocará, una vez esté terminado, en la entrada del salón parroquial de Carril, es decir, en la casa del cura. "Ahí se hacen las meriendas de las bodas de plata y de oro en el Corpus. Es un sitio muy bonito y alto y creemos que quedará muy bien", comenta Rosi Longa, una de las feligresas que colabora activamente con la iglesia carrilexa, tanto en la organización de actos religiosos, como en Cáritas o también en la limpieza del templo.

Por tanto el deseo de Bascuas de que la imagen de Jesucristo crucificado abandone tantos años a la sombra y luzca públicamente parece que se hará realidad. No obstante el salón parroquial se abre en contadas ocasiones, como es el caso de la efemérides del Corpus, en el mes de junio.

De ubicarse en el interior de la iglesia, el Cristo, completamente restaurado, sería visto por un mayor número de personas, pero el problema es que dentro del templo ya hay otro.

En cuanto a la idea de Alicia Bascuas, la hermana de Moncho, de trasladar el Cristo a la ermita de la isla de Cortegada una vez que la Xunta la haya rehabilitado (el proyecto ya está redactado), Rosi Longa considera que sería una muy buena opción. "Si restauran la capilla, allí quedaría genial, pero eso ya no depende de nosotros", comenta la feligresa, que también forma parte de la directiva de Gato Negro.

Ella es partidaria de recuperar la romería de la Virgen de Cortegada, "pero en su día, en septiembre", recalca. Considera que también sería necesario restaurar esta imagen.