"El servicio se está saturando tanto que acabo de solicitar cita hoy (por ayer) a media mañana, y no hay turno ni para mañana ni para el lunes, y me dieron para el próximo miércoles", afirma un paciente del centro de salud de Meaño. "No nos queda otra que recurrir al servicio de urgencias en el PAC de Baltar en Portonovo para poder recibir atención médica o, llegado el caso, ir a Montecelo", añade.

Y es que ayer el médico César Gil Cons continuaba asumiendo su agenda y la del otro facultativo que está en período de vacaciones, lo que le ha supuesto recibir en los cuatro días de esta semana del orden de casi 300 pacientes, a razón de entre 70 y 80 al día.

Para la próxima semana será el propio Gil Cons quien disfrute de la semana de vacaciones requerida, y será su compañero Enrique Caamaño el que deberá asumir la sobrecarga atendiendo las dos agendas. Es más, los pacientes que solicitaban ayer cita para Gil para la jornada de su reincorporación al trabajo el 7 de enero, se encontraban con la agenda ya completa para esa jornada y se dispensaba cita, de momento, para el martes 8.

Esperanza Meis, una vecina que se desplazaba desde Padrenda hasta el centro de salud para ser atendida ayer, reconocía al salir que "el Sergas me asignó este centro de salud de Meaño hace tres años, y tuve que dejar entonces de recibir atención en Cambados, que es para donde tenía la cartilla al vivir en la frontera con aquel Concello. Fue entonces cuando descubrí la saturación que sufre este centro de salud, y que esta semana estuvo desbordado hasta el extremo". "El pasado lunes llegué aquí para una cita médica que tenía para las 11 de la mañana, y acabé pasando la consulta a las 2 de la tarde, esto es desesperante para todos".

Elena Casal, vecina de Xil que acudió con su padre a consulta, aseguraba que "ha habido momentos en que este centro de salud se ha quedado sin médico, porque al faltar uno de los dos, el otro ha tenido que ausentarse en alguna ocasión para atender una urgencia fuera, y el centro se ha quedado sin médico durante horas, con el consiguiente enfado de algunos pacientes en la sala de espera". Elena Casal añade que "tanto es así que el médico ha recomendado a los pacientes que en casos así, acudan por urgencias al PAC de Baltar para ser atendidos con premura".

Otras, como María García, que se desplazaba también desde Padrenda a Meaño, admite llevarlo con paciencia "porque no nos queda otra, hablar, esperar y acostumbrarnos y, si la cosa pinta mal, arrancar para el hospital de Montecelo". Los pacientes admitían comprender la situación "porque ellos, con su trabajo, hacen todo lo posible para paliar la falta de médicos".

César Gil reconocía por su parte haber recibido la solidaridad de compañeros desde del centro de salud de Marín e incluso desde Baltar, que fue su último destino. "Los gestos sólo son eso, llegan en el plano personal pero esa solidaridad, en la práctica, no puede mover nada para cambiar la situación que vivimos en atención primaria".

El médico admitía la comprensión que le trasladaban muchos pacientes al entrar en consulta: "Hasta parecían sentirse responsables de esta situación, tanto que yo tenía que explicarles que no es culpa de ninguno de ellos el estar enfermos, sino que la culpa es de un sistema que está bloqueando la atención primaria y mermando la calidad de este servicio público, obligándonos a consultas exprés de apenas dos o tres minutos para tratar de atenderlos a todos".

Se avecinan tiempos difíciles

"Esta es una situación que viene advirtiéndose de atrás -prosigue el facultativo- con unos números clausus que limitó hasta el extremo el acceso a Medicina, y luego las condicionales laborales que ofrecía Galicia eran tan malas que los médicos, una vez completados sus seis años de facultad y los tres de especialidad, se iban a otras comunidades o al extranjero, donde países como Suecia o Inglaterra, si tienes dominio del inglés, te quieren en condiciones de mayor estabilidad y con salarios que triplican el que te ofrecen en Galicia".

"Y ahora -agrega Gil Cons- al estar haciendo frente a una generación de jubilaciones de médicos, para enderezarlo van a ser necesarios, como mínimo, nueve años más para sacar una nueva hornada de médicos más numerosa, y eso anuncia, en el mejor de los casos, por lo menos una década muy dura para la sanidad".