Mariano Ibáñez vive en el centro de Vilagarcía y cada mañana va caminando hasta el barrio de O Piñeiriño a tomar el café a O Bodegón. Después regresa al centro para seguir la ruta por la cafetería de la plaza de abastos. Ya por la tarde la pasa en la zona de la estación de tren. "En la avenida de Cambados los semáforos sí que suenan, pero en el centro ya casi no queda ninguno porque la gente protesta", dice Mariano.

Él no entiende esas molestias vecinales. "Son solo unos segundos. De noche con las ventanas cerradas ese sonido no incomoda a nadie", opina.

Además de los semáforos, este vecino añade que otras barreras con las que se encuentra en su vida cotidiana son, por ejemplo, "los pivotes sin sentido que van por la calle Méndez Núñez desde la Praza da Constitución". "Como me arrime un poco ya tropiezo con ellos". Mariano espera que el Concello instale el sonido en los semáforos y vaya eliminando los obstáculos de las calles.