Once grupos y corales participaron en la tarde de ayer en la 21 edición del festival benéfico de villancicos de Cáritas Interparroquial de Arousa. Un evento en el que tomó la palabra el presidente de la organización, Francisco Fernández, y que tuvo unas palabras de sentido recuerdo para los dos usuarios de Cáritas fallecidos el pasado mes. Uno de ellos murió en el interior de las ruinas del Balneario, donde pernoctaba; el otro, era una persona conocida por ayudar a aparcar coches en el entorno de la plaza de abastos. "Ha sido un mes duro para nosotros", confesó.
Fernández aprovechó para dar las gracias a los grupos, que actuaron de forma altruista, al Concello y al público, que pudo realizar sus donaciones en unas huchas colocadas en la puerta. Felicitó a todos la Navidad y prometió que en 2019 Cáritas Interparroquial seguirá trabajando con el mismo ahínco. Pero su alusión a Luis y Juan, nombres de pila de los dos usuarios fallecidos en noviembre, puso sobre la mesa la actualidad de una de las grandes batallas de las organizaciones sociales: la vulnerable existencia de los "sin techo".
Cáritas Interparroquial conoce el caso de una docena de personas que siguen durmiendo al raso en Vilagarcía, o que tienen techo, pero carecen de luz y agua corriente, por lo que sus condiciones de vida son igualmente muy precarias. Pero cree que puede haber más gente que ellos desconocen. Francisco Fernández admite que hay casos de "sin techo" que han elegido voluntariamente esa forma de vida, pero que la mayoría no tienen una vivienda porque les resulta imposible acceder a ella.
"Tenemos que luchar todos por la vivienda. Eso es fundamental, porque se solucionarían muchos problemas. En la calle hasta se roban los unos a los otros. Las noches en la calle son muy largas", afirma el presidente de Cáritas. De hecho, sostiene que cuando encuentran un alojamiento estable a un usuario y van a verle en su hogar, "notamos como ellos mismos se regeneran".
Las necesidades
Como suele suceder en estas fechas, Cáritas intensifica sus campañas solidarias, tanto por la proximidad de unas fechas importantes para las familias, como son las de Navidad, como por el invierno, cuando peor lo pasan las personas que carecen de techo o que sufren de estrecheces económicas en su hogar. El dinero recaudado ayer, que se sumará al de otras actividades, como la media maratón solidaria de la pasada semana, se destinará al día a día de la organización, que necesita alimentos y ropa, pero también dinero en efectivo para afrontar ciertos pagos y compras.
Para el comedor este año tienen leche de sobra, gracias a una importante donación que una marca le hizo a Cáritas Diocesana, pero sigue haciéndoles falta aceite y determinados alimentos no perecederos. En el ropero, lo que más de echan de menos los voluntarios es calzado de hombre.
