Lo han dicho las fuerzas de seguridad. Lo dijo la directora del Servicio Preventivo Asistencial de Drogodependencias (SPAD) de Vilagarcía. Y ahora lo afirman también los médicos de Urgencias. La heroína vuelve a estar en la calle y a hacer daño. El presidente de la delegación gallega de la Sociedad Española de Medicina de Emergencias (Semes), Manuel Vázquez Lima, asegura que "a finales de los años 90 y durante los 2000 dejaron de verse intoxicaciones por heroína en los servicios de Urgencias, pero ahora vuelven a aparecer".

Durante este fin de semana, A Coruña acogió un congreso de especialistas de Urgencias, con la presencia de unos 400 profesionales de toda Galicia y otros puntos de España. Y aunque en esta ocasión no se celebró una mesa específica sobre estupefacientes, los médicos sí hablaron entre ellos sobre la incidencia que estos tienen en las emergencias. "El repunte de intoxicaciones por heroína se percibe en otros puntos de España ya desde hace un par de años", prosigue Vázquez Lima, que también es médico en el Hospital do Salnés. "Aquí por el momento lo que se ve son casos aislados, pero se empiezan a ver de nuevo".

El también vicepresidente de Semes a nivel estatal plantea asimismo que las emergencias que están llegando ahora a Urgencias están relacionadas más con el consumo inhalado de los opiáceos. "Existe la percepción de que la heroína fumada es menos peligrosa que la inyectada. Y eso es absolutamente erróneo". "La heroína genera dependencia física y psicológica prácticamente desde el primer momento. La acción inhalada puede ser algo más lenta, pero es igualmente adictiva".

En cuanto a las complicaciones que puede tener el consumo de heroína, los médicos apuntan a la pérdida total de conocimiento e incluso a la muerte por parada respiratoria.

También la presidenta de la Fundación Érguete, e histórica dirigente de los movimientos sociales contra el narcotráfico, Carmen Avendaño, avisa de que la heroína vuelve a hacer estragos. "Lo hemos empezado a notar. Por el momento aún es de forma leve, pero sí que estamos viendo que se vuelve al consumo de heroína".

Carmen Avendaño está preocupada, porque el hecho de que los nuevos consumidores no respondan al arquetipo clásico del "yonqui", y que tomen la droga fumada en vez de inyectada no resta gravedad a la situación. "Así es también como empezó todo a principios de los años ochenta".

La presidenta de Érguete sugiere que "se están cometiendo los mismos errores que entonces. No de forma tan masificada, pero se están cometiendo. Por eso hay que hacer un esfuerzo de concienciación y tomar medidas preventivas".

Carmen Avendaño participó en la histórica manifestación que el 28 de noviembre de 1993, hace ahora 25 años, recorrió las calles de Vilagarcía.

Los logros

La manifestación la convocó una entidad hoy desaparecida, como era la federación de asociaciones de padres de alumnos de O Salnés.

Tuvo lugar un domingo, y según las crónicas de la época reunió a 12.000 personas bajo el lema "Galicia contra a droga e o narcotráfico". Aquella protesta fue también conocida como la "manifestación de los paraguas", ya que se celebró en una mañana de mucha lluvia, y marcó un antes y un después, pues fue la más multitudinaria celebrada hasta entonces sobre los daños que los narcóticos estaban haciendo en la sociedad.

La presidenta de Érguete afirma que desde entonces se lograron muchos avances, "gracias a la presión social que se ejerció en las calles". A este respecto, por ejemplo, cita la creación de cuerpos especializados en la Policía Nacional y la Guardia Civil, que antes no existían (como los Greco o los EDOA), la puesta en marcha del Plan Nacional sobre Drogas, o que el Código Penal endureciese las penas para los narcotraficantes a gran escala, y recogiese como atenuante la adicción a las sustancias.

Avendaño señala que "desde finales de los años ochenta empezó a crearse un estado de conciencia social sobre lo que estaba pasando", y que eso desembocó en la multitudinaria marcha de Vilagarcía, que duró dos horas. "No nos sorprendió la afluencia de gente porque sabíamos que en Galicia había mucha frustración oculta. Había cientos de familias que directa o indirectamente sufrían el problema de las drogas". En su opinión, la situación hoy ha mejorado, "pero es muy grave que el hachís haya enraizado entre los jóvenes".