En el poblado de Berdón viven actualmente más de 40 familias de etnia gitana, casi todas con niños. El asentamiento cuenta con varias infraviviendas, y dos de ellas construidas posteriormente a 2010 están amenazadas por la piqueta. Sus moradores recibieron la notificación de la orden de demolición a principios de octubre, con un plazo de tres meses para ejecutar el derribo. "¿Dónde nos vamos a meter en pleno invierno?", se preguntan.

Manuel y su mujer tienen dos hijos. Antes de construir su "casita" -como ellos la llaman- hace cuatro años vivían en una caravana. Son conscientes de que levantaron la vivienda de forma irregular, sin ningún tipo de permiso, pero defienden que su entorno y su vida está en el poblado de Berdón. "Llevamos aquí toda la vida. No sabemos vivir en otro sitio", comentan.

A la hora de preguntarles por un posible realojo, no quieren irse a un piso. "Sería como meternos en la cárcel. Además, ¿cómo lo pagaríamos? Cobramos 400 euros de la Risga. O pagamos el alquiler o comemos", señala esta familia que ya ha recurrido la orden de derribo y está a la espera de una respuesta de la Xunta.