Los vinos tintos suponen apenas el 1 por ciento del total de la producción de la denominación de origen Rías Baixas, pero están creciendo. Rodrigo Méndez, de Forjas del Salnés (Meaño), recuerda que cuando él empezó a hacer vino tinto, "lo elaboraban tres bodegas en toda la denominación de origen, y hoy solo en O Salnés ya hay ocho o nueve". La vendimia de tinto ha terminado esta semana -las bodegas consultadas por FARO concluyeron la recolección entre el jueves y ayer viernes-, y los viticultores están entusiasmados con la uva recogida. Según ellos, tiene una calidad nunca vista.

Rodrigo Méndez afirma que "es la mejor cosecha que he visto desde que elaboro vinos tintos. Estamos metiendo uva en bodega de 12,5 y 13 grados". Igual de satisfecho se muestra Eulogio Pomares, de Bodegas Zárate (Ribadumia). "Ha sido una vendimia muy, muy, muy buena". Explica que eso se debe a las condiciones meteorológicas de los últimos meses, con una primavera lluviosa que dejó en la tierra suficientes reservas de agua para que la planta siguiese alimentándose y madurando en plena sequía de agosto y septiembre. "El estado sanitario era perfecto, y hemos tenido muy buen rendimiento", prosigue Pomares.

Manuel Moldes, de Bodegas Fulcro (Sanxenxo), también avanza que la calidad de los caldos "será muchísimo mejor que la de los últimos años, porque tanto en agosto como en septiembre no llovió nada, y encima el viento ayudó a secar la humedad".

La producción de tintos es escasa en Rías Baixas, donde el predominio del albariño es incuestionable, pero va en aumento. Así, en la totalidad de la denominación de origen, en 2016 se obtuvieron unos 260.000 kilos de uva, mientras que en la de 2017, esa cifra aumentó hasta los 334.000.

Por subzonas, la de O Salnés es la segunda productora, aunque aún lejos de O Condado, que es la mayor potencia de este tipo de caldos con diferencia. En los municipios arousanos se recogieron en 2016 algo menos de 54.000 kilos, siendo el Caíño Tinto la variedad predominante (25.300 kilos).

La mayoría de las bodegas hacen producciones pequeñas, excepción hecha de Forjas del Salnés, que pone en el mercado entre 10.000 y 15.000 botellas anuales, y Albamar, de Cambados.

Se trata de unos caldos muy apreciados en el extranjero, que se están vendiendo en más de una veintena de países, entre ellos Japón, Estados Unidos o Noruega. El precio medio de una botella de tinto Rías Baixas se sitúa entre los 15 y los 20 euros.