- Cuando usted llegue a Roma ¿cuáles serán los primeros retos que tiene ante sí la orquesta?

-La primera cita del curso de la Sinfónica Santa Cecilia es un concierto en octubre con motivo del 90 cumpleaños del compositor Ennio Morricone, que además dirigirá él mismo la orquesta, y que será algo de por sí ya muy emotivo. Luego nos esperan tres giras: una por Italia y otras dos internacionales, la primera en noviembre por Asia que nos llevará a China, Taiwan y Corea del Sur, y después otra a partir de mayo por Europa.

- ¿Vivir de la música es un privilegio?

-Sin duda, porque para mí la música ha sido, y es, siempre pasión, y eso hace que se te sigan abriendo puertas en lo que más te gusta. Cualquiera disfruta con los retos, con los repertorios de la orquesta, con las giras?

- ¿Quién fue su compositor referente?

-Creo que, sobre todo, Gustav Malher.

- ¿Y qué trombonistas?

-Me cautivan dos, el sueco Cristian Limberg y el norteamericano Joe Alessi,miembro de la Filarmónica de Nueva York. Además me embargó el momento de poder haber conocido a ambos en persona, e incluso con Alessi fui seleccionado para asistir a un seminario suyo de trombón en Italia.

- ¿Era ya de por sí un premio?

-Por supuesto, solo podíamos asistir 12 alumnos. Fue una semana con cinco clases apasionantes que culminaba con el concurso "Mock Audition", y tuve el reconocimiento de haberlo ganado ante un jurado en el que estaba el propio Joe Alessi, y eso es todo un empuje que carga de mucha moral.

- Y amén de la música sinfónica ¿qué otra la cautiva?

-He disfrutado mucho como integrante del quinteto "Hércules Brass" así como con el jazz que tocábamos con la big bang "Garufa Blue Davils Big Band" en un club de jazz en A Coruña. Éramos 20 componentes con una sección de cuatro trombones, dirigidos por Roberto Somoza.