El caballo criado en libertad es una especie que lleva varios años pendiendo del hilo en O Castrove. Los crecientes requisitos que impone la administración para mantenerlos, y los problemas que a menudo originan estos animales a los ganaderos con las comunidades de montes o con los vecinos de las faldas de la montaña, han propiciado que más de uno se deshiciese de sus cabezas. Tanto es así que a día de hoy en toda la montaña de O Castrove apenas quedan un centenar de ejemplares, según el presidente de la asociación de criadores, José Vidal.

A pesar de ello, el curro de San Ramón no se muere, y se celebrará en el tradicional recinto de A Escusa (Poio) el fin de semana del 18 y el 19 de agosto. "Llevamos toda la vida haciendo el curro, y no nos gustaría perderlo", afirma Vidal cuando se le pregunta por qué mantienen la "rapa" a pesar de que los vientos parecen soplar en contra suya en O Castrove.

"La cabaña sigue bajando. Esto cada vez va a menos, y por encima la Xunta de Galicia no ayuda nada a mantener la tradición", se lamenta el presidente de los ganaderos.

Hace años que los caballos de O Castrove están en el ojo del huracán, por uno u otro motivo. Los comuneros de Armenteira los proscribieron de su monte hace unos años, y más recientemente, los vecinos de Valboa llegaron a retener a varios caballos en sus fincas hasta que sus propietarios llegaron con las orejas gachas a recogerlos.

Estos conflictos, y la dificultad de asegurarse que los equinos no hagan daño en las fincas particulares ha desanimado a muchos criadores, que han tirado la toalla.

Aunque José Vidal opina que aún es posible salvar la raza, y un elemento de la cultura gallega que en zonas como Sabucedo (A Estrada), Amil (Moraña) o Mougás (Oia), forma parte de la identidad de los pueblos. "El futuro pasa por habilitar cierres grandes para el caballo. Con recintos amplios, evitaremos los daños a los cultivos o que entren en cualquier carretera. El futuro tendrá que ir hacia ahí, o esto tenderá a desaparecer".

Entre tanto, el "curro" de dentro de diez días será una oportunidad para que los ganaderos puedan pasar un fin de semana juntos, y disfrutar con los caballos.

Los actos empiezan a las 8 de la mañana del día 18 con la reunión de caballos en el pastizal. A partir de las 17.00 horas habrá atracciones, y por la noche una actuación musical. Al día siguiente, la bajada de los caballos al curro es a partir de las 11.30 horas y la retirada de los potros. La rapa en sí es a las 16.00 horas, y luego es la venta.